El cadete del Antiguoko finaliza como subcampeón

Última jornada de liga y el equipo de Iker Mendiluze pudo poner la guinda a una temporada verdaderamente magnífica y a la cual que hay darle muchísimo valor. Un cómodo resultado favorable puso fin a una campaña llena de aprendizajes y experiencias que ha llevado al equipo a unas cotas muy altas de competitividad y rendimiento con la mirada puesta en todos y cada uno de los integrantes del plantel como base y poniendo el foco en primera persona en ellos como absolutos protagonistas fundamentales en su propio proceso de mejora como deportistas.

Partido plácido el que se vivió el sábado a partir de las 15:45 horas en las instalaciones de Berio donde los celestes se adelantaron muy pronto en el marcador por medio de Anass y Eñaut para ponerse 2-0 y poder controlar el partido desde el sosiego y tranquilidad de haberlo direccionado favorablemente desde los primeros minutos. El equipo estuvo defendiendo alto, ahogó a los debarras en salida de balón y se mostró agresivo de cara a portería. Para el minuto 39 de encuentro Ferdi y Markel F. doblegaron la diferencia para marcharnos a las casetas con un 4-0 claro en el luminoso.

A la vuelta y con el partido otra vez en juego, el trencilla castigó duramente una cesión con cartulina roja al interpretar que más allá de la propia infracción impedía una ocasión manifiesta de gol y expulsó al guardameta visitante dejando al Amaikak – Bat K.E. con diez jugadores para el minuto 46 de partido. No levantó el pie del acelerador el equipo celeste y por medio de Markel F. nuevamente, Nico con un gran testarazo y Aner por medio de una preciosa pared redondearon una última actuación memorable.

Más allá de un histórico segundo puesto clasificatorio que por su propia naturaleza describe lo que ha sido la temporada en su plenitud, cabe destacar la dificultad que conlleva este logro en el contexto actual. Los jugadores del Antiguoko han crecido desde el trabajo diario incesante como base, la alta participación de cada uno en competición desde la comprensión de las situaciones generadas como parte y aporte y el vivir el juego como motor y espejo para llegar a un todo pedagógico y progresivo integral.