La XXIV edición de La Noche de la Empresa Vasca, organizada por la Fundación Empresa Vasca y Sociedad/Gizarte eta Euskal Enpresa Fundazioa con el patrocinio del Banco SabadellGuipuzcoano, ha distinguido la trayectoria empresarial de Eduardo Junkera Pérez, fundador y presidente de Egile Corporation XXI, como Mejor Empresario Vasco 2014. El premio Innovación Empresarial recayó en Aernnova; el Made in Euskadi, en ITP; y la Euskal Makila, en Wärtsilä Ibérica.
Eduardo Junkera (Durango, 1955) acumula más de 40 años moviéndose entre máquinas. Su pasión por la mecánica y la ingeniería de fabricación y por alcanzar los mayores niveles de precisión, complejidad y exigencia, especialmente en el campo aeronáutico, se ha refrendado con la creación del Grupo Egile, que emplea a 260 profesionales y que factura 36 millones de euros anuales, y cuyo mascarón de proa es la compañía DMP, Desarrollos Mecánicos de Precisión.
En su trayectoria profesional ha desarrollado una serie de conceptos originales que le han llevado, desde ser un pionero de la fabricación flexible hasta elaborar piezas cinemáticas (de la más alta exigencia y responsabilidad) para motores de helicóptero e, incluso, a participar en el prototipo para el futuro acelerador de partículas del CERN, el ‘CLIC’, lo que les sitúa a la vanguardia del estado de arte mundial en la mecánica de ultraprecisión.
El amor de Eduardo Junkera por la mecánica y la ingeniería de fabricación comenzó a fraguarse muy pronto, a los 15 años, edad en la que empezó a trabajar en Talleres Pinondo, un fabricante de limadoras y fresadoras, mientras que en horario nocturno cubrió las etapas de oficialía, maestría e ingeniería técnica. Su trayectoria profesional se extendió con su paso por Compresores Puska (1976-1988), con un paréntesis de dos años en Tekniker, en los que puso en marcha el departamento de Ingeniería de Producción. En esa época fue pionero de la transición industrial vasca con el desarrollo e implantación del primer FMS (Sistema Flexible de Fabricación) en España, al tiempo que introdujo la dinámica de la I+D+i en el desarrollo de los compresores.
En 1988, con 33 años, afrontó una nueva etapa en su vida. Vendió su piso y se lanzó a la aventura empresarial con la idea de aplicar el modelo de fabricación flexible. “Era una necesidad emergente, que afectaba al propio concepto industrial. Las empresas con producto propio concentraban demasiado esfuerzo en la fabricación, lo que debilitaba su capacidad de desarrollo de producto, que era lo trascendente del negocio”. Constituyó Sisfle, en Elgoibar, junto a un socio financiero. Poco después, en 1991, decidió involucrarse en el proyecto Zehatz. Un acontecimiento transcendente porque supuso asociarse con Alfonso Urzainki, con el que acabó dando forma al Grupo Egile.
La permanente inquietud por abarcar nuevos desafíos empresariales le llevó, en 1999, a desvincularse de Sisfle y abordar su “gran proyecto empresarial”: Desarrollos Mecánicos de Precisión (DMP), compañía que orientó al sector de la aeronáutica, pero en áreas especiales: “Deseábamos hacer lo más difícil, pero el mundo aeronáutico tiene grandes barreras de homologación”. Sus 30 años de experiencia mecánica propiciaron que DMP (con un equipo de personas sin experiencia en el sector aeronáutico) arrancase el nuevo siglo participando en los proyectos Airbus 340/600 y Ariane V con encargos de CESA y CASA y con un plan de inversiones de 7 millones de euros para cinco años.
Para profundizar en su estrategia industrial, DMP sustentó todos su avances en exigentes planes de I+D para los que recibió ayudas del CDTI y del Gobierno vasco. Estas acciones cerraron un primer ciclo en 2003, fecha en el que el fabricante francés de trenes de aterrizaje Messier Dowty les homologó para fabricar piezas de ‘interoperación’. Una proyección que se confirmó posteriormente, en 2006, con un nuevo proyecto de I+D con Turbomeca para acceder a la fabricación de piezas rotativas para motores descatalogados. La larga transición se confirmó en 2012 con el despliegue de una plan de inversiones y de I+D, que superó los 6 millones de euros en ese ejercicio, y que les permitió alcanzar “la zona noble del mecanizado de precisión” con su posicionamiento en cinemática, fabricando diferentes piezas y engranajes de la cadena cinemática de turbina.
Como ejemplo del salto tecnológico, DMP pasó de hacer algunas operaciones para Messier Dowty en 2003 a convertirse en partner y proveedor estratégico de dicho líder internacional, para fabricar integralmente todos los sistemas de suspensión de los trenes de aterrizaje, de los modelos más importantes, en 2009. Turbomeca, por su parte, les incluyó en 2014 en su panel de suministradores de elementos críticos rotativos y de transmisión para todas sus turbinas de helicóptero; y, recientemente, Airbus Helicopters (líder mundial en la fabricación de helicópteros) también les ha asignado trabajos para la fabricación de piezas cinemáticas, componentes críticos que por primera vez son confiados a un agente externo.
DMP está ahora empezando a recoger los frutos después de años de aprender y demostrar competencia. Como reconoce Eduardo Junkera, “la empresa que no llegue a la aeronáutica con visión estratégica y a largo plazo, se muere en el camino. Nosotros llevamos 16 años y se nos considera una compañía joven, aunque dentro del propio sector sorprende el número de homologaciones y referencias que hemos alcanzado en tan poco tiempo”.
La labor empresarial de Junkera se completa con el lanzamiento del Grupo Egile en 2005. Sobre la base de Zehatz y DMP, han desarrollado compañías en los sectores considerados para ellos estratégicos en cuanto a diversificación: Aeronáutica, Salud, Ciencia, energía y agua. Entre estos proyectos destaca Createch Medical, que canalizó el conocimiento industrial del grupo hacia la fabricación de prótesis dentales y maxilofaciales, convirtiéndose en una empresa referente en su ámbito y codiciada por multinacionales del sector. En el ámbito de la Salud, Egile trabaja ahora en diversos proyectos de I+D para elaborar soluciones para la columna vertebral. En el área del agua suma la fuerza de ETD, Tecexsa y Leorpe; en soluciones para infraestructuras científicas creó HTS; y en integración de sistemas y seguridad perimetral destaca la aportación y nómina de clientes conseguida por ITS.
La celebración anual de los premios tuvo como escenario el Museo Guggenheim Bilbao y contó con la asistencia de más de 300 representantes del mundo económico e institucional que mostraron su reconocimiento a los galardonados.
La Noche de la Empresa Vasca se cerró con la entrega de la ‘Euskal Makila’ a la compañía Wärtsilä Ibérica, que estuvo representada por Jon Sabín, director general de la planta de Bermeo y del grupo para todos sus intereses en España y Portugal. El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, se encargó de entregar la distinción. La clausura del acto correspondió al consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Angel Toña.