La Asociación de Alcohólicos y Adictos en Rehabilitación de Gipuzkoa (AERGI) organiza este viernes sus IV Jornadas bajo el título “Adicciones: ¿complicidad o complejidad social”. Tendrán lugar con entrada libre hasta completar aforo a las 19,00 horas en el Hotel de Londres.
El Ayuntamiento de San Sebastián ha acogido la presentación en rueda de prensa de las IV Jornadas sobre Alcoholismo y Adicciones que se celebrarán este viernes, 13 de noviembre, a partir de las 19,00 horas en el Hotel de Londres en San Sebastián, con entrada libre hasta completar aforo.
Las Jornadas se desarrollarán bajo el título “Adicciones: ¿complejidad o complicidad social?” y, moderadas por Lurdes Ubetagoyena, responsable del Departamento de Comunicación de OSI Donostia: contarán con la participación del psiquiatra del Hospital Universitario San Juan de Alicante, Dr. Barlomé Pérez y del Vicepresidente de Socidrogalcohol, Dr. Francisco Pascual; junto a Joséan Fernández, Presidente del AERGI.
“Nuestro objetivo con la organización de estas jornadas es generar debate y, sobre todo, dar visibilidad a las personas con adicciones. Somos invisibles y tenemos que dejar de serlo. El modelo de adicto hoy, lejos de estereotipos pasados, es un señor o señora bien vestido, con un buen puesto, de un nivel medio o medio-alto, consumidor intermitente y, además con un perfil de policonsumo y consumos esporádictos… De cara a la sociedad el adicto no es un enfermo crónico, sino un ‘degenerado’ que no merece ayuda porque él se lo ha buscado, y esto debe ser cambiado. Padecemos una enfermedad crónica como en otros casos y así debemos ser vistos”, ha subrayado Josean Fernández.
El Presidente de AERGI ha hecho hincapié en la “complicidad” social. “Cuando somos bebedores como los demás no hay ningún problema; pero en un momento dado se nos va de las manos porque tenemos un problema de adicción y, entonces, se nos margina, nadie quiere estar con una persona que bebe en exceso, que habla demasiado alto… Y, al final, te vas aislando o te van aislando. Posteriormente, cuando la persona desaparece del entorno de consumo todo el mundo se pregunta dónde está y cuando se enteran de que está en un proceso de rehabilitación, sube un escalón y pasa de ser un ‘borracho apestado’ a un ‘alcohólico’ estigmatizado. Y esto ya es el colmo: que una persona que está haciendo un esfuerzo por rehabilitarse de una enfermedad no sea percibido así por la sociedad ni por su entorno… Es una losa tremenda para nosotros”, ha subrayado Fernández.