SD Eibar, con su victoria por 2-1 ante el RCD Espanyol, culmina una primera vuelta de ensueño en la que ha sumado 30 puntos, 15 por encima de los puestos de descenso, y se ha situado sexto en la tabla, dentro de las posiciones que dan acceso a la Liga Europa.
Los goles de Takashi Inui y Borja Bastón de penalti permiten al club armero mantenerse en una zona privilegiada y en magnífica disposición para afrontar la segunda vuelta con la mirada puesta en el objetivo de la salvación.
El encuentro comenzó con un Eibar volcado que buscaba la velocidad por las bandas para desbordar a su rival. Fruto de este dominio llegó el golazo de Takashi Inui, el primero con la camiseta de Eibar. Fue en el minuto 14: el japonés recibió de Borja, se perfiló para chutar y lanzó un derechazo con rosca entre dos defensores que se coló por la escuadra del ángulo contrario. Su esposa y su hijo, de visita estos días en Eibar, celebraron por todo lo alto el tanto.
Poco duró, sin embargo, la alegría armera porque en el minuto 21, un disparo de Jordán dio en Pantic y el balón se coló en la portería defendida por Asier Riesgo, en la primera llegada del Espanyol al área del Eibar.
Antes del descanso pudo marcar de nuevo el Eibar pero Borja Bastón marró lo que no suele fallar nunca. Recibió un buen pase de Luna y solo ante Pau López, dentro del área pequeña, disparó fuera.
En la reanudación el encuentro se volvió un poco loco, con dos equipos buscando la velocidad como arma para superar a su rival. Tuvo su oportunidad el conjunto catalán en el minuto 63 pero el disparo de Hernán Pérez se estrelló en el poste.
Apenas tres minutos después, tras una gran acción individual de Inui, el balón llegó rechazado a Sergi Enrich quien, solo ante el portero, envío fuera en la más clara ocasión del partido.
No tuvo que esperar mucho la fiel afición del Eibar para celebrar el segundo tanto de su equipo. De nuevo Inui se coló por la banda izquierda y fue derribado dentro del área en una acción que el árbitro señaló penalti. Borja tomó el balón entres sus manos y anotó la pena máxima.
En los últimos minutos tuvo ocasión el Eibar de aumentar su renta a la contra ante la impotencia del Espanyol, incapaz de superar la presión armera en todo el campo. El pitido final dio paso al delirio en el césped y en la grada. Jugadores y aficionados festejaban una victoria que cierra una espectacular primera vuelta que deja al Eibar mucho más cerca del objetivo de la permanencia.
Con 30 puntos en 19 partidos y en sexta posición de la tabla, más de uno pidió ser pellizcado para confirmar que no se trata de un sueño feliz.