La Ertzaintza imputó el domingo a un varón de 40 años de edad por un delito contra la seguridad vía, después de saltarse un control preventivo establecido en el municipio de Legorreta. En su huida circuló por la carretera N-1 hasta que finalmente sufrió un accidente en el casco urbano de Ordizia. Arrojó tasas de alcoholemia cuatro veces superiores a la máxima permitida para la conducción.
Los hechos tuvieron lugar sobre las tres y media de la madrugada en el término municipal de Legorreta, donde agentes adscritos a la Unidad de Tráfico de Gipuzkoa efectuaban un control preventivo de seguridad vial instalado al paso de la carretera GI-2131. A esa hora, observaron cómo procedente de la localidad de Alegia se acercaba hacia su ubicación un turismo que circulaba con el sistema de alumbrado apagado. Los ertzainas instaron a su conductor a detener el vehículo, sin embargo éste hizo caso omiso a sus requerimientos y tras saltarse el dispositivo continuó circulando, tomando poco después el ramal de incorporación a la carretera N-1, sentido Gasteiz.
Acto seguido, la patrulla salió en persecución del vehículo infractor, que circulaba a gran velocidad por la citada vía, hasta que lo perdió de vista en la salida hacia la localidad de Ordizia, si bien se daba aviso al resto de recursos de las evolución y características del citado automóvil.
Con posterioridad, una patrulla de seguridad ciudadana localizaba dicho turismo volcado en el área de estacionamiento de un centro comercial de la citada localidad. Su conductor y el resto de ocupantes habían resultado ilesos tras el vuelco. El conductor, que a juicio de los agentes mostraba signos evidentes de embriaguez, arrojó tasas de alcohol que cuadriplicaban la tasa máxima permitida, en concreto 0,98 y 1 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El mismo, un varón de 40 años de edad, fue imputado por un delito contra la seguridad vial y denunciado de forma administrativa por las infracciones cometidas.