Los delegados de Desarrollo Sostenible y Urbanismo, Miguel Angel Páez y Xabier Iridoy han ofrecido rueda de prensa para explicar los pasos que desde el Ayuntamiento han comenzado a darse para la tramitación del Plan Especial de Protección y Conservación del Valle de Olaberria.
El delegado de Urbanismo ha explicado que este Plan abarca una superficie de cerca de 600 Hectáreas y queda definido por el Plan General de Irun.
«Se trata de un ámbito muy especial con una composición de espacios y usos de carácter sobre todo rural, pero que al estar tan próximo al centro urbano, puede suponer una alternativa interesante para estudiar nuevos usos, siempre relacionados con el entorno natural. Por eso hemos apostado por un Plan Especial de Protección y Conservación, que valore las posibilidades, pero siempre manteniendo la excepcionalidad del entorno».
«Hay algunos ámbitos en los que se mantienen usos conflictivos para el entorno en el que se desarrollan y así lo definía ya el Plan General y que es necesario estudiar ordenadamente dentro de este Plan Especial». Así los ámbitos de Urune y Epele, los únicos clasificados por el Plan General como urbanizables, y los únicos en los que podría llegar a desarrollarse algún tipo de actividad compatible con los recursos naturales, forestales o agrarios.
Un espacio singular y natural, pero con afecciones
Miguel Angel Páez ha querido recordar que tras la definición de los espacios mayoritariamente no urbanizables que se dibujan en el Plan General y hecha la salvedad e los ámbitos señalados, el Plan Especial de Protección del Valle de Olaberria lo que pretende es «tratar este espacio natural, singular y cercano de todos los iruneses, como se merece, como un ámbito a proteger y a mantener pero que permita también que pueda ser disfrutado»
El delegado de Desarrollo Sostenible ha repasado los objetivos de este Plan Especial que pasan por:
– Asegurar el uso racional y sostenible de los recursos naturales
– Preservar, regenerar e incentivar las características rurales
– Corregir las realidades degradadas
– Consolidad las actividades agrarias y residenciales existentes
– Autorizar y regular otros usos compatibles con el entorno
– Procurar que la ciudadanía pueda disfrutar a través del valle de la naturaleza, el paisaje y el patrimonio natural, arquitectónico, histórico y arqueológico.
– Acondicionar lugares de estancia e itinerarios peatonales y ciclistas
Páez ha insistido en que «No se puede pasar por alto el enorme valor del espacio natural, con sus corredores ecológicos, cauces y márgenes fluviales, bosques y humedales, además de los elementos de interés patrimonial, como el paso del Camino de Santiago y por supuesto los ámbitos de alto valor agrícola.»
Pero el Valle de Olaberria tiene, también, carreteras, cierta cercanía al trazado previsto para el Tren de Alta Velocidad y está afectado por el paso de otras infraestructuras (redes eléctricas. Gasoducto, o la estación de tratamiento de Agua potable y la conducción al embalse de Elordi). Es además una zona con servidumbres aeronáuticas, puestos de caza y aparece en el inventario de IHOBE de suelos potencialmente contaminados.
Por eso el Plan tiene que conjugar todas esas características «pero siempre prevaleciendo su carácter medioambiental que es lo que lo convierte en una verdadera joya a proteger pero también a poder disfrutar», aseguraba Páez.
El Plan Especial ha iniciado su tramitación que desarrollará a lo largo de los próximos meses. Por el momento el documento de evaluación ambiental estratégica ha sido presentado ya a los grupos políticos y a lo largo de los próximos meses se continuará trabajando y manteniendo numerosas reuniones y consultas ciudadanas.