Aranzadi y el Ayuntamiento de Azpeitia presentan el libro ‘Azpeitia 1936-1945’, elaborado “por la dignidad de quienes perdieron la guerra”.
Entre 800 y 1.000 azpeitiarras se vieron obligados a huir de su localidad; 163 fueron juzgados por los tribunales militares franquistas en consejos de guerra y casi medio centenar de ellos permanecieron recluidos durante años en campos de concentración y batallones de trabajadores como obreros esclavos de la dictadura franquista; decenas de azpeitiarras fueron trasladados a prisiones a cientos de kilómetros de sus casas; 77 vecinos de la villa fueron depurados de sus puestos de trabajo; 35 fueron sancionados económicamente o padecieron la incautación de sus bienes; numerosas ciudadanas fueron obligadas a realizar trabajos forzosos para los golpistas, siendo insultadas y vejadas.
Son solo algunos de los escalofriantes datos recogidos en los dos volúmenes del libro Azpeitia 1936-1945; el fruto de dos años de intenso trabajo realizado por el historiador e investigador de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Javier Buces (por encargo del Consistorio local) y que pretende “contar la verdad de lo que pasó en Azpeitia durante la Guerra Civil y la primera parte del Franquismo”.
La obra, que incluye “más de 200 fotografías, muchas de ellas inéditas” y los testimonios de “más de 40 ciudadanos o familiares de vecinos de la localidad que padecieron directamente las consecuencias de la sublevación fascista”, se presentó ayer en un acto en el que el propio Buces estuvo acompañado por el secretario general de Aranzadi, Juantxo Agirre, el alcalde azpeitiarra, Eneko Etxeberria y la edil Estitxu Elduaien.
Todos ellos coincidieron al señalar que el trabajo presentado “es el libro de quienes perdieron la guerra”.
Más aún, el primer edil de la localidad aprovechó su intervención para pedir “en nombre del Ayuntamiento” perdón a la ciudadanía “porque esta publicación llega tarde”. A su entender, “han pasado casi 80 años desde aquellos episodios en los que se vulneraron los derechos humanos más fundamentales de muchísimos azpeitiarras y el Ayuntamiento podía haber recogido todo lo que pasó en aquella década mucho antes, pero no lo hizo. Por eso pido perdón a la ciudadanía en nombre de la institución”.
Por su parte, el secretario general de Aranzadi agradeció al consistorio “el habernos dado la posibilidad de realizar este trabajo y el haber respetado nuestra metodología para investigar un periodo de mucha violencia y vulneración de derechos humanos”. Además, Juantxo Agirre destacó que “por su ubicación geográfica y su condición de municipio euskaldun con una gran fuerza de las instituciones religiosas, Azpeitia es un referente que sirve para conocer lo que realmente aconteció durante la Guerra y el inicio de la dictadura franquista en el conjunto de Euskal Herria”.
Por eso, animó al resto de municipios vascos a promover la realización de trabajos similares a este, que Aranzadi ya ha realizado en varios pueblos de Bizkaia y en otras dos localidades de Gipuzkoa (Tolosa y Aia).