El Ayuntamiento de Donostia está analizando una reclamación de los vecinos de Riberas de Loiola, apoyada por diversos colectivos, para rebajar la pendiente del camino que, a través del parque de Cristina Enea, une las pasarelas de Mikel Laboa y Gladys del Estal.
Este itinerario es utilizado diariamente por muchas personas que, de esta forma, atajan de manera importante en sus desplazamientos entre el centro y el barrio y viceversa. Es, además, el único itinerario permitido para las bicicletas dentro del parque, por lo que la reclamación planteada también cuenta con el visto bueno de Kalapie.
Días atrás, los concejales de Vías Públicas y Participación Ciudadana, Alfonso Gurpegui y Duñike Agirrezabalaga, mantuvieron una reunión con la asociación de vecinos de Riberas de Loiola para escuchar su propuesta y presentarles los proyectos que dispone el ayuntamiento para llevar adelante esta intervención.
Lo cierto es que cuando se construyeron ambas pasarelas se conectaron mediante un camino por el interior del parque. “Entonces se adaptó el camino al propio parque, tratando de minimizar cualquier afección al arbolado existente”, ha señalado Alfonso Gurpegui.
“La pega es que esa solución creó pendientes con una media del 6,8% de pendiente en sus 141 metros de longitud, alcanzado un 17% en un tramo concreto, entre la pasarela Mikel Laboa y la entrada al colegio Mundaiz, siendo para personas con movilidad reducida, familias con coches de niño o personas de edad o usuarios de la bicicleta, una dificultad añadida.”
El proyecto analizado y debatido con los vecinos y entidades pretende eliminar las dificultades del recorrido a través del parque, dotándole de un trazado más suave y acorde con los usos que tiene.
“La propuesta que podría llevarse a cabo no tendría pendientes mayores al 8% cumpliendo así las condiciones de accesibilidad”. “Para ello se mantendría el actual trazado del camino pero con operaciones de desmonte y terraplén. La intervención en desmonte abarcaría a 56 metros del camino y la de terraplén a 63 metros, incluyendo una pequeña pasarela de madera para minimizar las afecciones de obra en el parque”.
El problema de esta intervención es la afección al arbolado situado al borde del camino y que podría verse dañado en sus raíces y operaciones de obra, obligando al apeo de una serie de ejemplares.