Los hechos comenzaron poco después de la una y cuarto de la madrugada del domingo, cuando cerca de 250 personas celebraban una fiesta en la citada villa. En un momento concreto, un grupo salió por los alrededores de la villa y se dirigió al antiguo edificio del Oncológico, donde comenzó a tirar parte de la verja que rodeaba el edificio.
La llamada de un particular, alertó a la Guardia Municipal. Tras reponer la verja, los agentes locales pidieron refuerzos a la Ertzaintza, que procedió poco después a entrar en la villa e identificar y desalojar a los asistentes.
La mayoría de los jóvenes abandonó la casa sin mayores problemas, menos un grupo que, al ver las furgonetas antidisturbios, comenzó a dar patadas a los vehículos a insultar a las fuerzas de seguridad y a lanzar botellas a los agentes, por lo que fueron arrestados por un delito de desobediencia y desórdenes públicos.
Horas después, ambos jóvenes quedaron en libertad con la obligación de comparecer ante el juez cuando sean requeridos.