● El equipo alpino WOPeak, con Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, parte hacia Pakistán. Su objetivo: los Gasherbrum, un imponente macizo que alberga tres de las montañas más altas del mundo.
● Los montañeros llegarán con un plan abierto y flexible que se adaptará a las condiciones meteorológicas y a la propia montaña.
Tras el Paiju Peak en 2014 y el Chamlang en 2015, los tres alpinistas afrontan otro proyecto de máximo nivel la última etapa del proyecto impulsado por la Fundación The Walk On Project (WOP) en su lucha contra las enfermedades neurodegenerativas.
Iñurrategi, Vallejo y Zabalza cubrirán este verano la octava etapa WOPeak, un reto que afrontan con especial ilusión. “Es la oportunidad de cerrar un proyecto con una actividad que nos ilusiona tanto como la primera vez que fuimos al Himalaya”, apunta Iñurrategi.
Esta misma mañana, en rueda de prensa, los alpinistas han desvelado su destino y previsiones. El 7 de junio es la fecha de su partida, desde el Aeropuerto de Bilbao hacia Pakistán. Su objetivo: los Gasherbrum (en balti “montaña hermosa”). Se trata de un conjunto de montañas situado en la zona noreste del Glaciar Baltoro, en la cordillera del Karakórum (Himalaya). Un imponente macizo que alberga cuatro de las montañas más altas del mundo: K-2, 8.611m, Gasherbrum I, 8.068m; Broad Peak, 8.047m y Gasherbrum II, 8.035m.
En este reto les acompaña el cámara profesional Jon Herranz, recientemente premiado en diferentes festivales de cine de montaña por sus últimos trabajos, que plasmará en imágenes el día a día de la expedición.
UN PLAN ABIERTO: VARIAS POSIBILIDADES
Los montañeros parten con un plan abierto en el que han estudiado varias posibilidades. “Las condiciones que encontremos nos harán tomar la decisión allí mismo”. Fieles a sus valores, adaptándose a la montaña, a las condiciones meteorológicas, a sus posibilidades y sus fuerzas, ellos tres con un equipamiento mínimo, en estilo alpino, a través de vías muy poco transitadas. Porque buscar vías nuevas, salir de las rutas habituales, aumenta las dificultades, el compromiso y el interés de la actividad.
Siendo un plan abierto, barajan tres opciones:
1. Travesía en cadena del GII y GI (sin descender al CB).
2. Ascender al GI realizando una combinación de dos rutas.
3. Ascender al GII por una ruta muy poco habitual (la vía francesa del 75).
“Son distintas posibilidades que encajan con el tipo de himalayismo que buscamos”, apunta Iñurrategi. “Tenemos la libertad de ir con un plan abierto y poder intentar alguna de las tres ideas, cada cual más bonita. Trataremos de realizar una ascensión que nos exija lo mejor de nosotros”.
Para Mikel Zabalza, este nuevo reto tiene “casi todo”: dificultad, altitud, exploración, estilo alpino, mucha incertidumbre… “Las condiciones y los riesgos que podamos intuir y asumir marcarán la decisión final de la ruta que intentemos”.
La previsión es que la aproximación y aclimatación se realicen hasta la primera quincena de julio, y en la segunda quincena del mes intenten el ataque a cima.
Una importante preparación técnica
Los objetivos en la preparación de los alpinistas se centran en aumentar su rendimiento y reducir los factores de riesgo relacionados con el rendimiento y la salud. “El trabajo antes de partir a la expedición se basa en crear una buena base general de preparación física. A partir de una cierta altitud los procesos de recuperación están muy limitados, por lo que es importante tener una muy buena condición física para realizar de la manera más rápida y segura la ascensión y descenso de las cumbres”, explica Aitor Alberdi, técnico de Basque Team y preparador de los alpinistas.
Complementos gastronómicos a cargo de Eneko Atxa
La altitud durante una expedición no sólo dificulta la respiración o la capacidad de cualquier esfuerzo físico, también afecta a la pérdida de apetito. La alimentación debe ser fácil de digerir y tener un alto aporte energético. Para que ese momento sea más atractivo y llevadero, el equipo de Iñurrategi, Vallejo y Zabalza cuenta este año con Eneko Atxa.
El cocinero con 3 estrellas Michelin del Restaurante Azurmendi, de la mano de Fagor, ha creado alimentos liofilizados especialmente diseñados para este reto. Queso, tomate, pesto y aceitunas liofilizadas pensados para la alta montaña.
I+D y aspectos medioambientales como ingredientes de la expedición
El equipo irá equipado con un buzo que ha sido especialmente diseñado para esta expedición por el equipo de I+D de Ternua. ¿Y qué tiene de especial? Alta tecnología, materiales reciclados y elaboración artesanal. Un equipo con tejidos de alta tecnología y relleno de pluma reciclada e hidrófuga. Un buzo de altura en dos piezas elaborado de forma artesanal, que se rellena manualmente en Arrasate (Gipuzkoa), controlando la calidad de estos procesos. Un proceso artesanal y sostenible con el medio ambiente.