La Ertzaintza detenía el lunes en Orio a dos varones de 60 y 38 años de edad, por su presunta implicación en dos robos con fuerza cometidos en otros tantos caseríos situados en los términos de Aia y Usurbil.
Los agentes sorprendieron a los implicados en posesión de diversas piezas de joyería, alrededor de 700 euros y otros enseres procedentes de ambas viviendas, a las que habrían accedido tras forzar una ventana y un balcón, respectivamente.
Alrededor de las doce de la mañana, una patrulla que realizaba funciones de protección ciudadana por la demarcación de Orio observó la presencia de un individuo, que llevaba puesta una cazadora de invierno y una capucha en la cabeza, el cual bajaba por un camino hacia la playa Txurruka. Además, portaba una tablet en una mano y un guante. Los agentes procedieron a su identificación, indicando éste que se encontraba acampando en las cercanías en compañía de su padre, que fue localizado a unos doscientos metros bajo un puente.
El segundo varón, ante las preguntas de los ertzainas, respondió que se habían desplazado a esta zona para pescar, no aportando ninguno de los dos una explicación coherente sobre la procedencia del citado aparato electrónico en el que, al activarlo, aparecía la identidad de una mujer.
En un vehículo propiedad de los identificados, estacionado allí, fueron encontrados 6 relojes, varias joyas de oro, dinero, un teléfono móvil y diversas herramientas.
Los ertzainas realizaron una inspección más exhaustiva por los alrededores localizando en un camino más alhajas, dos teléfonos móviles y unas gafas. Ocultos bajo una piedra fueron encontrados unos 700 euros distribuidos en billetes de diferente cuantía y dos cadenas con dos colgantes y un anillo.
La investigación abierta por la Ertzaintza, tras dicho hallazgo, ha podido determinar que parte del material decomisado a los dos varones había sido sustraído esa misma mañana en dos caseríos situados en los términos de Aia y Usurbil. En ambos casos, los asaltos a los domicilios se llevaron a cabo tras escalar y forzar una ventana y un balcón, respectivamente. Estos artículos han sido ya entregados a sus legítimos propietarios, después de ser reconocidos por ellos como los sustraídos en sus viviendas.
De momento, se mantienen abiertas las indagaciones policiales para tratar de esclarecer el origen del resto de las piezas incautadas, ante la posibilidad de que pudieran estar relacionadas con otros robos.