El vehículo fue detectado en un control de transportes de la Ertzaintza, efectuado el pasado viernes, en la autopista AP-8, al paso por el término municipal de Irun.
Los agentes de la Unidad de Tráfico inspeccionaron un camión, con matrícula de Lituania, y observaron en un primer análisis fallos de sensor del tacógrafo, así como cortes de corriente, de larga duración, lo que eran indicios de una posible manipulación intencionada.
Según indica el protocolo, y al tratarse de tacógrafos de última generación, se trasladó el vehículo a un servicio técnico oficial. Los actuales tacógrafos disponen de un sistema de doble señal, cuya misión es precisamente prevenir cualquier intento de manipulación de sus elementos electrónicos, de tal forma que, en caso de producirse, el dispositivo detecte incongruencias entre ambas señales.
En este último caso, la manipulación fraudulenta era tan sofisticada que constaba de tres elementos. Un elemento se encarga de convertir la señal electro-mecánica en eléctrica (mandando impulsos al tacógrafo), el cual presentaba un circuito impreso que manipulaba la señal que manda al tacógrafo. Se detectaba en la zona del copiloto y en la zona que almacena la parte electrónica del vehículo, una centralita que al activar la manipulación evita que aparezcan fallos y el instrumental del salpicadero funcione correctamente.
Otro elemento era una segunda centralita que, a su vez, anula la segunda señal independiente, para evitar la incongruencia entre ambas señales. Finalmente, toda esta manipulación se activa mediante un mando a distancia, con función on/off; de tal manera que se altera la obligatoria medición mediante el tacógrafo de los tiempos de conducción y descanso.
Después de que el personal autorizado certificara la existencia de la manipulación, la Ertzaintza retiró del vehículo los elementos para adjuntarlos como prueba al expediente administrativo. El titular del vehículo tuvo que hacer frente a los gastos de la reparación y al abono de los expedientes sancionadores, por una cuantía de 6.000 euros.
Al término de las labores de reparación, el conductor tuvo que realizar un descanso, de al menos 9 horas, de cara a garantizar la Seguridad Vial.