El diario norteamericano The New York Times publicaba el pasado domingo un artículo en el que ofrece a sus lectores pistas y sugerencias de diversas actividades, todo dentro de una ruta de apenas 36 horas por la capital donostirra. Según explica el artículo, San Sebastián es uno de los ‘lugares de mayor concentración de estrellas Michelin del mundo’. Y de mucho más.
La visita que propone el rotativo comienza a las cinco de la tarde de un viernes, con un recorrido por las tres playas de Donostia; La Concha; Ondarreta y la Zurriola.
Hacia las nueve de la noche se insta al viajero a degustar la gastronomía más innovadora. El diario propone para la cena el Mugaritz, restaurante que dirige Andoni Luis Aduriz.
A medianoche el visitante puede disfrutar de unos cocktails en la Parte Vieja, en los numerosos bares de la zona, o acercarse a una sociedad gastronómica como, por ejemplo, Gaztelubide.
También recomienda un tour arquitectónico, destacando el Kursaal y la iglesia Iesu de Rafael Moneo, una parada en cervecerías artesanales como Mala Gissona Beer House o Bidassoa Basque Brewery, o una cata de la gastronomía donostiarra en el Bar Antonio, Casa Urola, Bar Txepetxa o Atari Gastroteka, entre otros atractivos.
La mañana del sábado podría comenzar hacia las diez, con un aperitivo de café y un pintxo de tortilla. Una visita al mercado de la Bretxa y después ir de compras.
A mediodía el diario propone realizar una visita a Juan Mari Arzak, el ‘padre de la moderna cocina vasca’.
Por la tarde, alquilar una bicicleta y pedalear por Donostia puede ser una buena opción para descubrir nuevas vistas de la ciudad. Por la noche, cambio de los grandes restaurantes con estrellas Michelin a las delicias de los pintxos, alta cocina en miniatura que puede encontrarse en locales como Aloña Berri, Bar Txepetxa, Ganbara o La Cepa.
El domingo tocará girar una visita al gimnasio para reponerse de los excesos, pasando por locales como La Perla Centro Talaso Sport. Por último, y para finalizar la visita con un perdurable sabor de boca, se propone una visita al restaurante Branka, en el Peine del Viento, donde disfrutar de una original selección de pescados y mariscos.