Un submarino ruso que estaba de maniobras militares secretas en el Cantábrico, se adentró por equivocación en el río Oria, a la altura de la playa de Orio, y se topó sin querer con motoras anguleras que estaban faenando en esos momentos. Los anguleros, quedaron boquiabiertos al ver emerger del agua al submarino con bandera ruso. Varios anguleros llamaron a la Ertzainza, que se personó en Orio para identificar al submarino.
Tras varias conversaciones entre el Gobierno Vasco y el Gobierno Ruso, el submarino procedió a salir de la ría y coger rumbo al norte del Cantábrico, donde seguiría con sus maniobras militares .