En esta ocasión como en otras anteriores, las razones de que este galardón tan donostiarra quede desierto responden al desacuerdo de los miembros del consistorio sobre la persona o personas propuestas para la distinción.
En 2003, cuando se propuso a la Oreja de Van Gogh, este desacuerdo dejó desierto el premio, y en 1984, cuando los candidatos eran los Duques de Alba, también.
Aunque desde su creación en 1967, las normas que regulan a qué personas se les puede otorgar el Tambor de Oro, han ido cambiado; de no nacidos o residentes en Donostia, a donostiarras. Lo cierto es que desde hace unos años la tradición apunta a que el galardón se conceda a una persona que tenga una vinculación especial con la ciudad.
Y ese ha sido el motivo por el que la polémica que ha suscitado el nombramiento para ser receptor de ese honor este año de Ángels Barceló, ha vuelto a escribir el 2017 en la lista de años en el que el premio queda desierto, amén de la lista de años en los que se ha visto rodeado de polémica.
Lo cierto es Donostia entregará el próximo día 20 las Medallas de la Ciudad pero no el Tambor de Oro.
El consistorio al menos ha ratificado las propuestas de los merecedores de las Medallas al Mérito Ciudadano que serán este año, Kemen, Aspanogi, Gimnástica de Ulía, las 9 alumnas de 5ºB de la Ikastola Jakintza de 1982 y Javier Hernáez Uranga.