Y lo harán a través del proyecto Rezink Refugees que se va a realizar en 27 colegios de Gipuzkoa para sensibilizar y educar sobre el drama de los niños y niñas refugiados y como segunda fase de la iniciativa Pintxo Pote Solidario que se organizó en febrero de 2016 en San Sebastián.
El Director de Cooperación Fernando San Martin, junto con Elsa Fuente, coordinadora de UNICEF Comité País Vasco y Ana Alcover, directora del proyecto Rezink Refugees, han presentado este jueves el proyecto que se llevará a cabo a partir del 30 de enero, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Gandhi y con la conmemoración del Día Escolar de la No Violencia y la Paz.
Los colegios que han decidido participar en el proyecto recibirán material elaborado por UNICEF para poder explicar a niños y niñas de entre 10 y 12 años la situación y la vida cotidiana de la infancia refugiada y migrante.
También recibirán material para poder realizar su propia cuprocking, que es una forma de arte callejero poco conocida que utiliza las verjas como si fueran un lienzo para realizar sus creaciones artísticas.
Andy Cuprock, un artista que trabaja en Sidney, observó a los niños colocar latas y botellas en los huecos de las rejas y pensó que los vasos de plástico desechable tiene la forma geométrica perfecta para encajar entre los rombos de las verjas, unas verjas que son un símbolo de los muros de alambres que atrapan a miles de refugiados.
Se trata de trabajar en el aula sobre la situación de la infancia migrante y refugiada en el mundo, centrándose en los niños y niñas sirios, teniendo en cuenta la información actualizada sobre la situación y buscando la propia opinión y reflexión del alumnado sobre ello.
Para ello, se ofrece el material del programa «UNICEF Educación», concretamente la actividad «Cuentos sin hadas» que consta de 3 cortos audiovisuales para visualizar en el aula. Cada uno de ellos cuenta la historia concreta de un niño y dos niñas refugiadas sirias que narran, a modo de dibujos animados, su experiencia del viaje que se han visto obligados a emprender por la guerra en su país de origen, con la sorpresa final al aparecer una grabación, con el testimonio real del y de las 2 protagonistas, hablando sobre sus pensamientos.
Una vez trabajada la actividad «Cuentos sin hadas» y como acto simbólico y visible, el proyecto consiste en la composición de la imagen del niño/a refugiada, que ha de prepararse con el material que se ha hecho llegar a los centros escolares y que cuenta con una red y vasos producidos especialmente para ello por la agencia Rezink. Esta red en forma de valla puede colocarse en cualquier pared y, siguiendo las instrucciones de la colocación de los vasos, la composición dará lugar a la imagen de un niño/a refugiado.
Los promotores de esta iniciativa han recordado que solo en 2015 Europa ha levantado 235 Km de vallas. Y en esa enorme valla que es el Mediterráneo han muerto ahogados en 2015 casi 4.000 refugiados. Entre 2015 y 2016 han llegado a Europa 50.000 menores de los cuales 10.000 han desaparecido y 770 han muerto. El 90% de los niños y niñas viajan solos y por tanto, se exponen a mayores riesgos. Hoy 2,5 millones de niños y niñas se enfrentan de nuevo al frío en los refugios vallados.
La intención es que esta iniciativa también se lleve a cabo en otras comunidades autónomas a través de la red educativa de UNICEF.