La niña, vecina de Irun, sufrió las agresiones sexuales de su padrastro desde que tenía 11 años, con 15 quedó embarazada. El agresor grabó vídeos de las violaciones y la amenazó con difundirlos si se negaba a sus deseos.
En 2008, el hombre y la madre de la niña, ambos colombianos, llegaron a vivir a Irun. Un año después la niña que hasta entonces había estado en Colombia, vino a vivir con ellos y con el bebé que ambos habían tenido. Fue entonces y desde el primer momento, cuando comenzaron los terribles abusos que se prolongaron incluso cuando el ahora condenado y la madre de la niña se separaron.
El imputado amenazó a la chica con la difusión de tres vídeos que grabó con una cámara oculta en un bolígrafo mientras mantenían relaciones, con el fin de conseguir que accediera a continuar los contactos sexuales.
La víctima se quedó embarazada y dio a luz cuando tenía 15 años. La menor sufrió graves consecuencias psicológicas e incluso presentó ideas suicidad durante el embarazo, teniendo que ser atendida Centro de Intervención Familiar y Comunitaria IZAN.
Ahora el Supremo ha condenado a 21 años de cárcel al individuo, ratificando los quince años de prisión que la Audiencia de Gipuzkoa estableció, como autor de un delito continuado de agresión sexual con la agravante de superioridad.
El TS le impone además, seis años de prisión por un delito de utilización de menores para la elaboración de material pornográfico, uno menos de los que le impuso la Audiencia de Gipuzkoa por este delito, al entender que estos hechos no tuvieron lugar de forma continuada.