Aunque parezca estrambótica, esta es la propuesta de la congresista de Texas Jessica Farrar, que ha presentado un proyecto de ley que propone multar con 100 dólares a los hombres que eyaculen fuera de un acto físico que tenga como fin la procreación.
De esta forma pide que «todas las emisiones de esperma fuera de una vagina o de un centro médico» conlleven a una penalización monetaria.
La propia Farrar es consciente de que esta propuesta no saldrá adelante pero su intención, según asegura, es poner de manifiesto las desigualdades que existen en las leyes sanitarias para hombres y mujeres. Lo que persigue es general un debate donde se revisen las duras restricciones impuestas sobre las mujeres de Texas cuando deciden someterse a un aborto.
De igual forma que las mujeres que desean interrumpir un embarazo, se encuentran con infinidad de trabas para abortar, Farrar quiere que una eyaculación no dirigida a procrear se considere también «un acto en contra de un niño sin nacer».
Su propuesta prevé además periodos de espera de 24 horas para los hombres que deseen someterse a una colonoscopia o a una vasectomía, o que quieran comprar Viagra, y permite que los profesionales médicos se nieguen a proveer estos servicios por razones de conciencia. Bajo el proyecto de ley los doctores deben promover entre los hombres la abstinencia o la eyaculación en clínicas para que el esperma pueda ser almacenado.
La legisladora es especialmente crítica con el más reciente de una serie de proyectos de ley que, según ella, atentan contra los derechos de las mujeres. La propuesta pide obligar a las mujeres a enterrar o incinerar los restos del embrión producto de un aborto inducido o espontáneo.
«Me puse a pensar que quizá lo que es bueno para uno es bueno para unos lo es para los otro», ha dicho Farrar, «si estamos tomando estas medidas por la santidad de la vida, simplemente no podemos desperdiciar ni una sola semilla».