Se ha hecho mucho de rogar y no ha explicado por qué. Lo que sí ha dicho ahora a la Academia sueca, es que ha decidido que quiere llevarse a casa su Nobel – y el dinero que corresponde- y que lo recogerá este fin de semana en Estocolmo, aprovechando que tiene varios conciertos programados en el país.
La información la ha difundido la Academia sueca porque Dylan continúa con su silencio. Y a través de Sara Danius, portavoz de la Academia, no hemos enterado que el Premio Nobel de Literatura 2016, recogerá su premio aprovechando que el sábado y el domingo ofrece sendos conciertos en Estocolmo.
Danius ha dicho que Dylan que no pronunciará la conferencia de recepción, requisito obligado para recibir el galardón y su dotación económica de algo más de 800.000 euros y que debe cumplir antes del 10 de junio, pero que tiene «razones para creer» que enviará una versión grabada más adelante.
El cantautor además ha pedido además que no se deje entrar a los medios a la entrega. No decimos “ceremonia de entrega” porque tampoco quiere ceremonias. Solo quiere el premio y la pasta, eso sí, que se quiere llevar ambas cosas para casa.
«El encuentro será pequeño e íntimo, y no habrá medios de comunicación presentes; únicamente asistirán Dylan y los miembros de la Academia, de acuerdo con los deseos del cantautor», continúa el comunicado de Danius.
El músico fue reconocido con el Nobel por crear «nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense», una elección sorprendente por ser la primera vez que se premiaba a un cantautor.
Desde luego, imaginamos, que el jurado de los premios no se lo concedió por su amabilidad, su muestras de estar bien educado, de ser agradecido o por su carencia de arrogancia. Si hubiesen tenido que valorar estas virtudes, el nobel se lo habría llevado alguien que quizá lo hubiese merecido más.