Un edificio residencial de protección oficial que se convierte en referente de construcción sostenible y que ha sido promovido por la sociedad pública Visesa.
Este proyecto de 65 viviendas de protección oficial ha sido promovido por Visesa, con la colaboración de otras entidades de Euskadi, como el estudio de arquitectura EKINN, la constructora Moyua y el Cluster Habic de la madera. Está formado por dos bloques, uno de 32 viviendas de VPO en venta y otro, de 33 en régimen de alquiler; de ellas, 15 serán entregadas al Ayuntamiento de Hondarribia en compensación por el suelo, y las 18 restantes van a ser gestionadas por Alokabide para su puesta en alquiler social.
El edificio cuenta con 2 plantas soterradas de garaje y una planta baja comercial realizada con estructura de hormigón armado. La madera se ha utilizado de forma integral (paredes, forjados, escaleras…) en las cuatro plantas superiores y en las cubiertas mediante la incorporación paneles de madera contralaminada (CLT). En este tipo de construcciones todos los elementos, tanto los muros principales como las fachadas o las particiones interiores, colaboran en la trasmisión de cargas y asumen funciones de arriostramiento para la estabilidad del conjunto.
El proceso de fabricación y montaje de los paneles es industrial y lo ha llevado a cabo la empresa vasca Egoin en su fábrica de Ea, muy cercana a la obra. En total se han empleado 2.200 m3 de madera contralaminada de pino radiata procedente de los bosques del entorno. La construcción industrializada en madera permite tiempos de montaje de gran brevedad, minimizando las desviaciones provocadas por variables tales como la climatología. En el caso del edificio de Hondarribia el proceso de fabricación, montaje, transporte y colocación de los paneles de madera ha permitido ganar hasta cuatro meses en la ejecución de la obra.
Una vez terminada la fase de instalación de los paneles, se va a proceder a cubrirlos con placas de yeso, de manera que la madera no va a quedar a la vista, aunque sí se notarán sus beneficios en cuestiones como la regulación de la humedad o la purificación del aire.
El sistema empleado, además de cumplir ampliamente todas las exigencias técnicas desde el punto de vista constructivo y resultar competitivo económicamente, ofrece otras muchas ventajas desde una perspectiva ambiental.
Se trata de un material renovable (madera de cultivo) que procede de los bosques de Euskadi y es fabricado aquí, lo que implica ahorro de energía en todas sus fases, economía circular, ya que los restos de la madera utilizada se utilizan como biomasa, y sostenibilidad. Hay que tener en cuenta que la madera es el único material que se fabrica con el sol y mediante la absorción de CO2 de la atmosfera. Además es renovable e industrializable y abunda en nuestro territorio. Por otra parte, la utilización de un material local reactiva el sector primario y la economía local.
Al mismo tiempo la construcción en madera que se está experimentando en este edificio hace la obra más limpia al reducir el consumo de agua. De hecho, la obra generada mediante paneles de madera es totalmente seca. Además, la madera regula la humedad y evita el efecto de ‘caja de Faraday’ que se da tradicionalmente en las construcciones de hormigón armado. De esta manera se mejora la salud y la sensación de bienestar en sus ocupantes.
Y tiene un comportamiento más que satisfactorio en cuanto a resistencia, aislamiento y consumo energético. En este último aspecto, el edificio se encuentra muy cercano a estándares passivhaus, de consumo energético casi nulo.
El edificio de Hondarribia ha generado una enorme expectación en el sector de la construcción y en el mundo de la arquitectura, tanto es así que se están organizando numerosas visitas informativas a la propia obra. Además, el bloque forma parte de un estudio comparativo que se está realizando con otro edificio –una residencia de estudiantes de la Universidad de la Columbia Británica, en Vancouver, Canadá-, que se está construyendo con la misma técnica.