“La profesora se dedica a zarandearlo de malas formas, a tirarle del brazo, se burla de él, le tira las fichas del puzle al suelo, le come el bocadillo”
Este mensaje de WhatsApp, publicado en un grupo de padres del colegio de Coruxo, en Vigo, ha sentado en el banquillo a la madre de uno de los alumnos y le ha supuesto una petición de pena, por parte de la fiscalía de 1.095 euros en concepto de multa. Está acusada de un delito de calumnias.
Todo empezó el 14 de enero del 2016, cuando la madre colgó el mensaje en el foro de los padres de la clase de quinto de primaria: «lo que está sufriendo mi hijo», «la profesora se dedica a zarandearlo de malas formas, a tirarle del brazo, se burla de él, le tira las fichas del puzle al suelo, le come el bocadillo. Con esto os quiero decir que controléis a vuestros hijos, que les preguntéis por esa individua, y si pasa con alguno más tenemos que hacer fuerza entre todos y plantarle cara».
Este mensaje además de alertar y sorprender al resto de padres, llegó a oídos del colegio que requirió a la madre a una reunión para aclarar las cosas.
Demostrado que la profesora no había incurrido en ningún tipo de maltrato contra su hijo, la madre en cuestión, se comprometió a retractarse en el foro de todo lo dicho y se excusó alegando que los hechos se los había relatado su hijo y ella los había considerado ciertos sin hacer ninguna comprobación y sin ponerse en contacto previamente con la dirección del centro o con la profesora.
La profesora agraviada no consideró suficiente remedio el compromiso de la madre para la ofensa que había sufrido y no aceptó las disculpas como fin de asunto. Ambas se vieron en un acto de conciliación en el que tampoco se llegó a ningún acuerdo.
Así que la madre acabó esta semana en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. “Creí a mi hijo porque era lo que él me comentaba y no me parece grave decirlo”. “Iba a preguntar a más padres si esto les ocurría a otros niños, si la profesora los zarandeaba o les comía el bocadillo”
La profesora, que es docente desde 1985 y lleva 9 años en el colegio, explicó en el juicio que las difamaciones vertidas contra ella por mensajería instantánea «rompieron en cinco minutos la magia creada en clase con los niños, les cortaron las alas».
Contó que ella usaba el juego del monstruo de las galletas en las sesiones de la merienda como dinámica para incentivar los sentidos de los pequeños, como el tacto o el olfato. Pero, tras difundirse el wasap, pasó a ser el «monstruo del chorizo» porque los pequeños la perseguían por los pasillos para ofrecerle un trozo de su bocadillo de embutido. «Me hacen rabiar y me dicen: ‘Toma un bocata de chorizo’».
Como segunda opción, el fiscal acusa de un delito de injurias, que supondría 545 euros de multa. La madre, exalumna del mismo colegio, es una desempleada sin ayudas sociales, por lo que el fiscal rebajó su petición de pena en atención a sus bajos ingresos.
En el juicio también declaró un inspector de la Consellería de Educación. Calificó de «vejatorio» el mensaje y, además, intentó que la madre pidiese disculpas y solo logró una genérica «sin especificar nada».
Por su parte, otra docente contó que una persona le avisó del incidente y que tras leer el wasap le pareció muy grave y lo entregó en dirección. Cree que lo correcto era haber ido a pedir explicaciones al centro si creían que maltrataban al hijo. Considera que el niño iba al colegio «superfeliz» y «superintegrado» y ella misma juega con ellos a comer gominolas aunque todos saben que es una broma. Jamás vio zarandeos. Añadió que la madre y la abuela del menor, recientemente, fueron a protestar a gritos a la dirección porque, según ellas, la profesora denunciante le había causado un supuesto «arañazo» al menor.