La exposición ‘Renoir: intimidad’ del Museo de Bellas Artes de Bilbao podrá visitarse de forma gratuita este martes, 11 de abril, de 10:00 a 20:00 horas.
Renoir: intimidad es la primera exposición retrospectiva en nuestro país sobre el pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir (Limoges, 1841-Cagnes-sur-Mer, 1919). Se presentó en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid el pasado otoño comisariada por su director artístico, Guillermo Solana, y ahora se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Bilbao hasta el próximo 15 de mayo gracias al patrocinio de BBK.
En Bilbao la muestra reúne 64 obras procedentes de museos y colecciones de todo el mundo, como el Musée Marmottan Monet y el Musée Picasso de París, el Art Institute de Chicago, la National Gallery de Londres, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York o el propio Museo Thyssen- Bornemisza de Madrid, entre otros.
La selección de obras tiene como objetivo resaltar un rasgo característico del estilo de Renoir, que se mantendrá a lo largo de toda su trayectoria: la importancia que concede a los valores táctiles de la pintura. A este respecto el cineasta Jean Renoir escribió refiriéndose a su padre: «miraba las flores, las mujeres, las nubes del cielo como otros hombres tocan y acarician». De este modo, y frente a un impresionismo puramente visual, los lienzos de Renoir potencian los aspectos sensoriales relacionados con el tacto por ejemplo, la piel o el cabello de sus modelos o la espesura de un jardín, particularidad que se percibe en todos los géneros que cultivó, desde los retratos, desnudos y escenas de grupo hasta los paisajes y naturalezas muertas.
La exposición, además, incide en otra característica especialmente perceptible en los numerosos retratos que pintó y que diferencia a Renoir de los de los demás pintores impresionistas: la constante búsqueda de empatía con el modelo y con el espectador. Para ello, las composiciones se concentran en el sujeto representado al tiempo que invitan a quien las contempla a asomarse a escenas que pertenecen a un mundo privado. El recorrido expositivo permite descubrir cómo el pintor se sirve de las sugerencias de volumen, materia o textura para recrear escenas de una intimidad que no sólo adquiere carácter erótico sino también social, amistoso o familiar.
Así la peculiar atmósfera de las composiciones de Renoir y la delicada sensualidad de su pincelada consiguen establecer una estrecha conexión entre el espectador y la obra. No en vano el artista recomendaba ver sus pinturas de cerca y usaba recursos como el primer plano o el juego de miradas para involucrarnos en la escena. Siempre rechazó abiertamente el dogma de la pintura impresionista que imponía una distancia con el cuadro adecuada para que la mezcla óptica de las pinceladas conformara en la retina la imagen final.