El Lehendakari viajara a Auschwitz los días 19 y 20 de abril acompañado de una delegación compuesta por miembros del Gobierno Vasco y de las Juntas Generales de Bizkaia
Allí, una delegación del Gobierno Vasco, plantarán un retoño del Gernika en las inmediaciones del Campo de Concentración de Auschwitz-Birkenau, en Polonia, en un acto que tiene como objetivo estrechar lazos entre Auschwitz y Gernika coincidiendo con el 80 aniversario de la Guerra Civil en Euskadi, a escasos días de la efeméride del bombardeo en este municipio.
La plantación del retoño del Árbol de Gernika se llevará a cabo el 20 de abril en el Parque Zasole, en las inmediaciones del Campo de Auschwitz-Birkenau. Será un emotivo acto en el que convivirán las culturas vasca y polaca.
El día previo, el 19 de abril, la delegación vasca visitará los Campos de Concentración de Auschwitz I y Auschwitz-Birkenau. Tras la visita oficial, asistirán a un encuentro internacional de jóvenes vascos y polacos en el que se podrá escuchar la voz de un superviviente de los Campos de Concentración y Exterminio de Auchwitz-Birkenau: Bogdan Bartnikowski. Será un acto en el que se recordará también el 80 aniversario de los bombardeos en Euskadi, y concretamente, en Gernika.
Museo Auschwitz-Birkenau
El museo se erigió en julio de 1947 y comprende los terrenos de dos antiguos campos de concentración: Auschwitz I y Auschwitz II-Birkenau con una superficie conjunta de 191 hectáreas. En 1979 a solicitud de Polonia, el terreno del antiguo campo fue incluido en la lista del patrimonio de la humanidad de la UNESCO.
Entre sus objetivos se encuentra la recopilación, restauración de objetos, colecciones y archivos, así como, establecer y mantener contactos con los antiguos prisioneros.
Según información del Museo, de entre más del millón de personas deportadas a Auschwitz, se registró y se internó en el campo a aproximadamente 400.000 personas, de las cuales unas 200.000 fueron judías, unas 150.000 polacas, unas 23.000 romaníes (gitanos), unos 15.000 prisioneros de guerra soviéticos, así como 25.000 prisioneros de otras nacionalidades.
Más del 50% de ellos murió de hambre, por exceso de trabajo, por el enloquecedor terror, en ejecuciones y también como efecto de las aniquiladoras condiciones de existencia, enfermedades y epidemias, castigos, torturas y criminales experimentos médicos.
Los alemanes transportaron a cerca de 200.000 prisioneros a otros campos de concentración, donde gran parte de ellos murió. En el momento de la liberación del campo se encontraron en él a unas 7.000 personas.