Tras la primera vuelta de las elecciones en Francia, todo queda en manos de dos únicos candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta; Emmanuel Macron y Marine Le Pen, dos políticos con marca personal propia que se disputarán el 7 de mayo la presidencia del país galo.
Ambos están planteando una estrategia de Marca Personal en su campaña que imprime y añade a sus propuestas políticas una imagen bien diferenciada del resto de candidatos y que les proporciona un medio añadido de publicitar y de trasmitir su programa
Por una parte Emmanuel Macron, de 39 años, es el candidato más joven de quienes aspiraban a llegar a la segunda vuelta. Fue ministro de economía con François Hollande y aspiró a capitanear el Eliseo con su nuevo proyecto ‘En Marcha’. No se define ni de derechas ni de izquierdas y se ha centrado en trasmitir una imagen de Marca fresca y cercana, cercana a la creciente visión de la Europa que progresa hacia una sociedad abierta.
Tal y como dice el Personal Brander experto en Marca Personal, Oianko Choperena; Macron es el banquero antisistema que ha intentado dar una imagen nueva europeista que respira optimismo. El papel de los medios tradicionales como Libération o Le Monde han sido fundamentales en su campaña, ha contado con el apoyo de los editoralistas.
Macron marca su diferencia de los demás candidatos en temas tan sensibles como el de los refugiados, donde él encuentra una oportunidad económica a diferencia de sus contrincantes; o como en la propuesta de aumentar la ayuda a los más pobres. Y esa diferencia la lleva a definir propia de su Marca Personal como más comprometida, más abierta, más humana y más dispuesta a un futuro común con Europa.
Por otra parte está Marine Le Pen, la ganadora de la primera vuelta y sin duda la que lidera el populismo nacional francés y la línea más anti europeista.
Entre sus 144 propuestas destacan el referéndum sobre la pertenencia o no a la unión europea; la expulsión automática de criminales extranjeros y el no permitir que ciudadanos de otros países como España, por ejemplo, accedan a trabajos que puedan desempeñar los franceses….
Uno de los pilares económicos que defiende Le Pen, se sustenta en apoyar económicamente a las empresas francesas ante la competencia de las externas. Una política muy popular y patriótica que ha calado y en la que, sin duda, la alta tasa de emigración así como los atentados en Francia, han influido considerablemente.
Le Pen viste su Marca Personal de las necesidades de seguridad y estabilidad de una población acuciada por el temor al terrorismo internacional y la crisis económica. Su marca se vende como garantía de cubrir las necesidades de la sociedad, sin miedo a traspasar el límite de lo ‘políticamente correcto’.
Ambos candidatos a la presidencia, como destaca Oianko, han encontrado en las redes sociales la vía idónea para dejar su impronta y han sabido hacer uso de ellas para distanciarse del resto de candidatos con una campaña más clásica, más al uso.
Y para ello tanto Le Pen como Macron, de manera personal, han hecho de las redes un escaparate que ha sabido definir su cariz personal y transmitir su carisma a los electores.
Su principal estrategia: el uso de Twitter y la utilización de vídeos para enviar mensajes directamente a sus votantes, una técnica utilizada principalmente por Macron, que ha conseguido cerca de 680.000 seguidores en un plazo de tiempo razonablemente corto.
Marine Le Pen, con cerca de millón y medio de seguidores, también ha incurrido online para mantener despierto el interés de sus votantes pero con una estrategia más clásica y quizás menos eficaz.