Así lo apuntaba ayer martes el concejal de Impulso Económico, Ernesto Gasco, que aseguraba que el Ayuntamiento «no tendría ningún inconveniente en estudiar la posibilidad de implantar una instalación de olas artificiales».
Supondría una inversión de unos 10 millones de euros y necesitaría para su ubicación entre 30.000 a 40.000 metros cuadrados. El Ayuntamiento está estudiando la rentabilidad de la futura instalación que ofrecería a los surfistas una 1000 olas por hora.
Según Gasco, el consistorio está «en predisposición de seguir trabajando y colaborar para que sea una realidad en esta legislatura». De hecho, aseguraba, ya se han ofrecido algunas ubicaciones, espacios de titularidad pública, entre otros en Alza o Zubieta.
Espacios alejados de la costa pero con buenos accesos y comunicaciones.
Poner en marcha una instalación de estas características, aseguraba Gasco, «supondría poner en valor un producto local en el mejor escaparate posible».
La idea «está abierta, la hemos estado trabajando los últimos meses, aunque ha sido imposible concretarla.