Un enorme iceberg de 5.800 kilómetros cuadrados y alrededor de 1 billón de toneladas de peso, se ha desprendido de la Barrera de Hielo Larsen C en el oeste de la Antártida.
Desde hace meses, se había detectado una enorme grieta que mantenía aún unido este inmenso bloque de hielo al continente. Finalmente entre en los primeros días de esta semana, se ha desprendido por completo y ha quedado a la deriva con un tamaño 4 veces más grande que Ciudad de México o 10 mayor que Madrid.
El gigantesco ‘bloque’ de hielo, al que van a denominar A68, se ha separado de la la Plataforma de Hielo Larsen C y es el mayor iceberg en flote tras su ruptura, de toda la historia.
El profesor Adrian Luckman, del Proyecto Midas de la universidad de Swansea, ha asegurado que el suceso responde a a un acontecimiento geográfico y no climático.
Si nada lo detiene, el iceberg comenzará a viajar alrededor del continente antártico, impulsado por la corriente costera que gira en sentido contrario a las agujas del reloj y seguirá hacia el norte hasta que acabe disipándose, hecho que no se espera que suceda hasta que pasen muchos meses, incluso años.
Los científicos no saben con exactitud hasta dónde llegará. Sostienen que a medida que se desplace hacia el norte, se irá rompiendo en fragmentos más pequeños que pueden continuar su viaje en diferentes direcciones.
Mientras viaje en las inmediaciones del continente antártico, aseguran, no representará ningún problema para la navegación que no tiene rutas en esas aguas. Será cuando abandone esa amplia zona cuando podría suponer un peligro para los barcos.
Si bien la península está fuera de las rutas comerciales más importantes, es el principal destino turístico de los cruceros provenientes de América del Sur.
Cuando la pieza que de momento se mantiene entera es menos peligrosa ahora, cuando se desmembre es impredecible saber qué dirección tomarán los distintos fragmentos y que peligro podrían suponer para la navegación.