Es uno de los edificios (S.XV) más singulares del patrimonio guipuzcoano y está declarado edificio protegido por su interés histórico y artístico. Es de los pocos edificios renacentistas que se encuentra en pleno casco hístórico.
La Diputación de Gipuzkoa ha firmado un convenio de cooperación con el Ayuntamiento de Azpeitia, Eneko Etxeberria, para rehabilitar el Palacio Basozabal de Azpeitia.
El Palacio Basozabal fue declarado en 1964 por orden del Ministerio de Cultura monumento por su interés histórico y artístico. En 1984 el Gobierno Vasco lo declaró bien cultural en la categoría de monumento.
El Palacio de Basozabal está en el casco antiguo de Azpeitiko entre otros dos edificios y fue construido entre los siglos XIV y XV. Es una de las primeras construcciones civiles de Azpeitia y algunas de sus características arquitectónica, como su patio interior o sus galerías traseras, hacen de él un elemento de singular importancia del patrimonio de Gipuzkoa.
El edificio fue rehabilitado hace 35 años, pero son notorios los daños y el deterioro sufrido debido a los 35 años que el edificio ha permanecido sin uso.
Para frenar el deterioro del edificio, y para su posterior consolidación, antes del comienzo de los trabajos se realizaron estudios previos asociadas a la recuperación de las patologías de los elementos pétreos, las relacionadas con las afecciones xilófagas en los elementos estructurales de madera y las afecciones por humedad en el interior del edificio.
La intervención de rehabilitación consistirá principalmente en una obra de carpintería, acabados (pavimentos, techos,…) e instalaciones. También se ejecutará una nueva escalera, manteniendo la escalera principal actual.
El palacio Basozabal es un hermoso edificio situado en la céntrica calle Enparan. Es un edificio de planta rectangular y cubierta a dos aguas con el caballete paralelo a la fachada principal. Se localiza entre medianeras. Este tipo de palacios corresponden a la tipología del palacio renacentista castellano con patio interior central que organiza el espacio en torno a él. La desaparición progresiva de este tipo de construcciones en los siglos pasados hace que este palacio sea un elemento único del patrimonio guipuzcoano.
La fachada principal es de piedra de sillería con una altura de tres plantas. En su planta baja, la puerta de arco de medio punto con largas dovelas adornadas de un arrabá, también se encuentran dos huecos que primitivamente no existían y fueron abiertos en otra época. En el segundo piso están tres finas ventanas dobles con parteluz que portan un amplio dintel moldurado. Estos son los huecos más destacables ya que el resto son pequeños y más bien propios de una fachada de la antigua usanza que pretendía ser morada de sus dueños. Rematando el edificio un alero de madera sin ornamentos.
La distribución interior se efectúa en torno a un patio central. El patio en cada planta está limitado por cuatro galerías de paso y distribución apoyadas en planta baja en cuatro columnas de piedra de sección octogonal, estando en los basamentos y capiteles, bellamente moldurados con perfiles góticos, siendo el resto de la galería en todos los elementos estructurales y de ornato, de madera.
No es un ejemplo único, existen algunos otros en cascos históricos, pero es de los pocos que está en pleno casco histórico. Basozabal es el edificio más antiguo de Azpeitia.
El edificio, una vez rehabilitado, tendrá ocho espacios diferenciados: la oficina de turismo, un centro de interpretación y de exposición; un salón de actos y un aula de formación; una sala multiusos y la biblioteca.
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