Luis Fonsi y Daddy Yankee han criticado que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, haya versionado su éxito Despacito para hacer «propaganda» de la próxima elección de la Asamblea Constituyente.
«Mi música es para todos aquellos que quieran escucharla y disfrutarla, no para usarla como propaganda que intenta manipular la voluntad de un pueblo que está pidiendo a gritos su libertad y un mejor futuro».
El portorriqueño se pronunciaba así en un mensaje en redes sociales, nada más conocerse el vídeo con el que Maduro ponía la banda sonora a una reunión de campaña donde el pasado domingo, promocionaba la Asamblea Constituyente de ese país, que tendrá lugar el 30 de julio.
«Mi música es para todos aquellos que quieran escucharla y disfrutarla, no para usarla como propaganda que intenta manipular la voluntad de un pueblo que está pidiendo a gritos su libertad y un mejor futuro», escribía Fonsi.
Yankee hacía lo propio en su cuenta de Instagram: «¿Qué se puede esperar? de una persona que le ha robado tantas vidas a jóvenes soñadores y a un pueblo que lo que busca es un mejor futuro para sus hijos».
Las versiones de este super hit del verano son incontables y ninguna ha sido criticada por sus intérpretes o autores. Todas ellas se han viralizado y seguramente era esa propaganda la que el presidente de Venezuela buscaba.
Y eso es algo que Fonsi y Yankee no están dispuestos a permitir.
«Con ese nefasto plan de mercadeo, usted solo continuará poniendo en evidencia su ideal fascista, que ha matado a cientos de héroes y más de 2.000 heridos».
Erika Ender, coautora de la letra original de «Despacito», también ha mostrado su rechazo en Instagram: “Ver que una canción, en la que tengo coautoría, se utilice sin permiso para publicitar campañas vinculadas a un régimen que tiene descontento y sufriendo a un país, lejos de alegrarme, me indigna y NO APRUEBO que se utilice», publicó Ender en su cuenta de Instagram.
La canción que presentó Maduro es parte de la campaña del gobierno para invitar a las elecciones en las que se elegirán más de 500 miembros de una Asamblea Nacional Constituyente que redactarán una nueva Constitución. El proceso se desarrolla en medio de una crisis que se ha visto reflejada en las protestas callejeras que desde abril viene desarrollando la oposición, las cuales han dejado 100 muertos y más de 1.000 detenidos.