Según publica el portal tecnológico The Verge, unos cincuenta trabajadores de Three Square Market, una compañía desarrolladora del de software para máquinas expendedoras, se han ofrecido voluntarios para participar en la iniciativa.
La empresa, en el estado de Wisconsin, utiliza una tecnología de comunicación inalámbrica y corto alcance y va a poner en marcha esta prueba piloto a partir de agosto.
El proyecto implica la implantación en la mano de los trabajadores que se han presentado como voluntarios, de un chip del tamaño de un grano de arroz que se colocará entre el dedo pulgar y el índice y que facilitará y agilizará pequeñas tareas como abrir puertas, acceder a ordenadores, hacer fotocopias, compartir información o pagar en máquinas expendedoras.
Según la firma, estos chips incorporan unos sensores que, al ser escaneados, permitirán a los empleados acceder a información en ordenadores u otros dispositivos, así como pagar compras mediante tecnologías de identificación por radiofrecuencia (sin necesidad de usar tarjetas de crédito o teléfonos móviles).
La compañía asegura que no pondrán en peligro la privacidad de los trabajadores, ya que los datos almacenados en el chip estarán encriptados y no se podrán rastrear por GPS, de modo que su funcionalidad sería parecida a una llave o tarjeta de acceso electrónica.
El primer ejecutivo de Three Square Market, Todd Westby, aseguró al canal financiero CNBC que la implantación de estos chips es indolora y su uso es completamente legal, puesto que fue aprobado en 2004 por la agencia federal de Administración de Medicamentos y Alimentos.
«Creemos que es una buena forma de avanzar en la innovación de la empresa (…) Los chips no emiten ninguna señal por sí mismos, tienen que ser leídos con cualquier objeto que tenga un lector de proximidad».