“Se trata de niños, niñas y adolescentes en disposición de salir de los centros tutelados forales en donde viven, y que presentan perfiles diversos, algunos con necesidades especiales”
Tras el éxito de la campaña foral “Abrazos de carne y hueso”, gracias a la cual se consiguieron 50 familias de acogida para otros tantos niños y niñas tutelados, la Diputación Foral de Gipuzkoa busca ahora nuevas familias para acoger en sus domicilios de modo solidario a alguno de los 45 niños, niñas y adolescentes en disposición de salir de los centros tutelados forales en donde viven.
La diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, ha explicado que la necesidad de familias de acogida “es continua”, a día de hoy “356 menores viven ya en familias de acogida, lo cual es un éxito y ejemplo de la solidaridad de la sociedad guipuzcoana” y actualmente hay “316 menores viviendo en los centros tutelados forales. De entre esos últimos hay 45 orientados en disposición de salir en cuanto encuentren familias de acogida, siempre y cuando sean consideradas adecuadas”.
Entre estos 45 menores, hay niños menores de 4 años con necesidades especiales que necesitan familias especialmente sensibles y, en cierta forma, “especializadas”, ha dicho Peña. “Es decir, necesitamos familias que sean sensibles al retraso físico y emocional que tienen estos niños, y que puedan soportar la frustración que supone que los niños estén estancados, repitan ciertas conductas, tengan las dificultades de relación o aprendizaje… En este sentido, necesitamos familias que comprendan y acepten las necesidades físicas y emocionales que tienen estos niños y desde esa posición puedan cubrir y adaptarse a su realidad”.
También hay bebés para los que la Diputación “no encuentra familia”. Según ha indicado Peña, algunos de estos niños son “de diferentes religiones y culturas”, lo que implica que las familias ayuden a “aceptar la doble realidad que esta situación supondría”.
En tercer lugar hay grupos de dos hermanos que el Servicio de Protección a la Infancia y la Adolescencia considera que tienen que estar en la misma familia. “Por tanto, dado que no contemplamos la separación de estos hermanos y hermanas, necesitaríamos familias que asuman el acogimiento familiar de dos hermanos o hermanas, con diferentes características y necesidades aunque compartan una misma realidad”.
Igualmente hacen falta familias para el acogimiento familiar temporal de niños, que tengan un régimen de visitas amplio con su familia de origen porque se contempla un retorno a corto-medio plazo.
La Diputación también precisa de familias que acojan niños y niñas de más de seis años de edad que tengan un funcionamiento autónomo y no presenten problemas de comportamiento. Para este se requieren familias con experiencia en la crianza, que vivan “con naturalidad” la familia biológica de los niños y que tengan capacidad de “escucha y comprensión”, ha subrayado la diputada, además de matizar que la edad de estos niños y niñas puede suponer “un hándicap” para muchas familias, que buscan niños y niñas más pequeños y “fáciles” de integrar.
Además, el ente foral busca familias monoparentales para cuidar de niños y niñas que necesitan una única persona. Esta tipología de familias –ha añadido Peña- permite que los niños y niñas integrados en este sistema familiar tengan “un único referente” que les marque y con quien se vincule, que permite, a la larga, que los niños y niñas “se tranquilicen”.
Por último, la Diputación también necesita familias para acoger en sus casas a chicos y chicas que están en la adolescencia, pero que no presentan problemas de comportamiento. “Para este perfil se necesitan familias flexibles, que puedan entender la “realidad compleja” de su situación familiar y su etapa del ciclo vital, y que permitan que se vinculen “poco a poco”, ya que “muestran dificultades” para relacionarse en contextos de “intimidad emocional”.
Maite Peña ha recordado que a nuestro alrededor hay niños, niñas y adolescentes que “no están disfrutando” de una infancia normal.
“Los niños y niñas en esa situación son más de los que imaginamos, y han sufrido más de lo que deberían: cambios drásticos, soledad, miedo, y mucha incertidumbre. Son niños, niñas y adolescentes que por diferentes motivos no pueden vivir con sus familias. Y todos sabemos que la infancia es un tesoro que tenemos que preservar”.
En caso de querer ser familia de acogida, este es el contacto: 943 11 25 22 / [email protected]