La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona ha condenado a un total de 8 años y 3 meses de prisión al expelotari Mikel Goñi como autor de dos delitos de detención ilegal – 2 años y un mes por cada uno-, un delito de amenazas condicionales -2 años y un mes-, y un delito de lesiones con instrumento peligroso -dos años-.
La juez ha condenado a la misma pena al otro procesado, J. M. M. , también acusado de extorsionar, retener y herir a dos personas a quienes reclamaban dinero a raíz de la desaparición de unas plantas de marihuana.
La sentencia, que puede ser recurrida ante la Audiencia de Navarra, relata cómo sobre las 23:30 horas del 30 de noviembre de 2014, Mikel Goñi, acompañado del también acusado Jesús María Maya y una tercera persona no identificada, acudieron a un domicilio de Eugui y acusaron a un hombre de haber robado una plantación de marihuana de una vivienda que había alquilado el pelotari navarro.
Los acusados ataron las manos del hombre con una cuerda, lo subieron a un vehículo y lo trasladaron a un descampado cercano al río en Elizondo, donde le propinaron numerosos golpes y le retuvieron hasta las 3,00 horas del 2 de diciembre.
En esa fecha, los acusados también amenazaron de muerte a otra persona, a la que exigían el pago de 10.000 euros y a la que clavaron un destornillador en un dedo y le hicieron un corte con una navaja en la mano, hasta que obtuvieron la entrega de ese dinero.
Por estos hechos, se condena a Mikel Goñi y a Jesús María Maya a la pena de veinticinco meses de prisión por cada uno de los dos delitos de detención ilegal y otros veinticinco meses por el delito de amenazas condicionales y a la pena de veinticuatro meses de prisión por el delito de lesiones.
Asimismo, ambos deberán indemnizar conjunta y solidariamente a la segunda de las víctimas en 10.000 euros por la cantidad obtenida y en 420 euros por las lesiones causadas y 900 por las secuelas conforme al informe forense.
Mikel Goñi (25 de abril de 1977, Oronoz-Mugaire, Navarra) fue un magnífico pelotari, aunque su vida desordenada, sus malos hábitos y su comportamiento le cerraron las puertas de una prometedora carrera profesional.
Sus mayores éxitos fueron el subcampeonato en el Manomanista de Segunda y el Parejas de 1999. Últimamente había dado el salto a la pequeña pantalla con el concurso El Conquistador, de Euskal Telebista, donde dejó patente su fuerte carácter.