Las leyes saudís no vetan expresamente que las mujeres conduzcan. Pero el hecho de hacerlo no solo se encuentra con dificultades a nivel de repercusión social, sino que es casi imposible, ya que los ciudadanos están obligados a tener una licencia que las autoridades sólo conceden a los hombres.
Ahora, el rey Salman de Arabia Saudí ha autorizado la emisión de permisos de conducir también para las mujeres, en un simbólico gesto en pro de la igualdad que reclamaban desde hace años las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y activistas locales que llegaron a ser detenidas por sentarse ante un volante.
La orden implica una revisión de la prohibición ‘de facto’ que rige sobre las mujeres. Las leyes no vetan expresamente que las mujeres conduzcan, pero los ciudadanos del reino están obligados a tener una licencia que las autoridades sólo conceden a los hombres.
Arabia Saudí se rige por una interpretación estricta del islam que penaliza de forma especial a las mujeres, que quedan supeditadas a la tutela de un hombre y deben ir completamente cubiertas. Los códigos morales en vigor restringen en gran medida su participación en la vida pública.