Íñigo Urkullo instaba ayer al Gobierno español a desistir de su intención de aplicar el artículo 155 de la constitución que supondrá la intervención en la autonomía de Cataluña. El Lehendakari sigue abogando por el diálogo como única salida aceptable al conflicto catalán e insiste en que el Govern no ha proclamado formalmente la independencia.
Declaración del Lehendakari dirigida al Gobierno español
¿Alguien había pensado que en el Pleno celebrado en el Parlament de Catalunya el pasado 10 de octubre se había procedido a la Declaración de Independencia con valor efectivo legal, institucional, jurídico e, incluso, social?
Si el Gobierno español hubiera tenido claro que sí se había procedido a la Declaración, ¿habría recurrido a la fórmula de preguntar al President del Govern? ¿Habría insistido CUP en la necesidad de un Pleno del Parlament de Catalunya para formalizar la Declaración de Independencia?
¿Cómo se entiende, si no es que hay un reconocimiento implícito de que no se procedió a la Declaración de manera formal, que PDeCAT, ERC, CUP planteen que, en el caso de que el Gobierno español active la aplicación del artículo 155 de la Constitución, se llevaría la Declaración de Independencia a un Pleno del Parlament de Catalunya en el que se procedería a la votación de la misma?
Por último, la propia respuesta ofrecida en la carta remitida hoy por el President de la Generalitat al Presidente del Gobierno español concluye diciendo: “el Parlament de Cataluña podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de la independencia que no votó el día 10 de octubre.”
Nunca se ha proclamado la Declaración Unilateral de Independencia, por lo tanto no debe procederse, en caso alguno, a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Pese a que el Gobierno español dice que “continuará con los trámites previstos en el artículo 155 de la Constitución” y que convoca Consejo de Ministros extraordinario para este próximo sábado, hago un llamamiento a la Distensión y al Diálogo. Lo hago porque ambos Gobiernos saben que, además de todos los llamamientos al mismo, hay abierta una oportunidad al diálogo.
Es necesario valorar siempre las consecuencias de las decisiones que se adoptan, si estas provocan y/o inciden en fractura social. No deben adoptarse decisiones que agraven aún más la situación. Es necesario evitar males mayores.
Exploren, mediante la fórmula que miembros de ambos Gobiernos acuerden, las posibilidades de un proceso de diálogo, sin condiciones y sin humillaciones para con la otra parte, con voluntad de acuerdo para una solución a la situación creada.
El Presidente del Gobierno español y el President de la Generalitat cuentan con nuestro compromiso y disposición para cuanto sirva de ayuda.