Finalizó en empate el partido entre vascos y catalanes en una noche fría, donde a parte de las bajas temperaturas, ninguno de los dos equipos mostraron su verdadero juego, quedándose ‘fríos’ en el campo. Pese a ello, ambos vieron puerta, siendo Leo Baptistao quien abriera la lata para los visitantes y después Illarra quien empatara el partido para la Real. Fue Oyarzabal el mejor del equipo durante los 90 minutos del partido jugando unos escalones más arriba que sus compañeros.
Con la novedad del derribo del fondo sur del Estadio de Anoeta, la Real Sociedad se disponía a seguir en la positiva racha de victorias, ya que llevaban dos seguidas, una en Liga y otra en Europa. El Espanyol no era ni el Alavés ni el Vardar. Es un rival que exige más que estos dos, y se vio claramente en la ciudad donostiarra.
La primera llegada de los de Quique Sánchez Flores al área realista terminó con beneficio para los catalanes. Jurado logró quedarse solo tras regatear sobre Kevin, y el centro de éste terminó en la cabeza de Leo Baptistao para que éste desviara lo mínimo para abrir el marcador en la fría noche de Donostia. El brasileño superó en el remate a Iñigo y Llorente, aprovechando los huecos que dejaron éstos. Rulli, por su parte, pudo hacer algo más para evitar el primer tanto de la noche; aun así, los ‘culpables’ fueron los dos centrales.
Tras el gol, es de destacar que la relación afición/jugadores-Pau López cada vez se vio más afectada ya que el guardameta catalán aprovechaba cualquier excusa para perder tiempo, cosa que desquiciaba a los realistas.
Y con el paso de los minutos se rectificaba cada vez más que el gol del Espanyol llegó por sorpresa. Ni los de Eusebio y ni los de Quique Sánchez Flores lograban cuajar jugadas con claridad, por lo que hacían que el partido cada vez fuera más pesado para el aficionado.
La Real cerró la primera parte con dos ocasiones claras, una más que otra. La primera, llegó a la media hora de partido. Oyarzabal, el mejor local, logró deshacerse de un rival para después centrar el balón al segundo palo a un Vela que llegaba solo, pero al final fue un defensor quien llegó al límite para desviar a tiempo su remate. Y ya al filo del descanso, nuevamente Oyarzabal, puso a prueba a Pau López. El eibartarra chutó a la escuadra, pero el guardameta fue más rápido que el balón y desvió a córner el esférico.
Al inicio del segundo tiempo, se veía que la Real tenía más energía que el Espanyol, ya que los catalanes se conformaban con el resultado. El empate estuvo cerca llegar con un disparo de Willian José tras desprenderse de Hermoso en la frontal, pero Pau López atajó el balón sin problemas. Hermoso sería el gol si el brasileño batiera al meta catalán.
El Espanyol era incapaz de mantener el balón ya que la presión de los de Eusebio era muy alta. Consecuente de ello, el míster local dio entrada a Januzaj para que rompiera esa última línea. Se sabe que cuando el belga corre junto al balón es pura magia. Y con la magia mencionada, llegó el empate de la Real, que ya iba siendo hora tras las ocasiones cosechadas. El ‘8’ convirtió en nulos a Víctor Sánchez y David López con los regates realizados (caño incluido), y al ver que Illarra llegaba solo, le cedió el balón para que el mutrikuarra diera aún más emoción al partido, manteniendo las opciones de la Real para llevarse los tres puntos. El centrocampista sería protagonista nuevamente, pero con sensaciones distintas.
Con 20 minutos por delante, aún había partido. Varios remates de los donostiarras tras los centros realizados por ambas bandas no se convirtieron en gol por poco, incluso el balón se paseó por el área chica sin rematador alguno.
Con varios acercamientos con peligro, pero siempre sin éxito, terminó el partido con Asier Illarramendi tomando el camino a los vestuarios antes de tiempo. El de Mutriku fue amonestado por segunda vez en el tiempo de descuento, cortando el ataque de los visitantes cometiendo falta.