La Diputación de Gipuzkoa ha abierto una investigación para esclarecer la muerte de 45 cabezas de ganado en una explotación ganadera de Berastegi.
La investigación tratará de determinar si el estado en el que se encontró al ganado se debió a una falta de atención por parte de los responsables o a un fallo mecánico en el sistema automático que abastece los pesebres de comida. Las reses halladas muertas, así como las que aún estaban vivas, no presentan señales físicas de haber sido maltratadas.
Las causas en principio apunta a una «gestión inadecuada» de la explotación, donde había alrededor de un centenar de reses. Las vacas fueron encontradas el pasado jueves después de que varios vecinos alertaran del fuerte hedor que procedía de las instalaciones ganaderas, situadas en el barrio de Amerialde.
Los cadáveres de las vacas fueron trasladados el viernes al centro de incineración de animales de Ortuella, en Bizkaia mientras se atendía al ganado que quedaba aún vivo en la explotación y que mostraba síntomas de estar poco alimentado y desatendido, además se desinfestaron los establos y el resto de instalaciones.
Los análisis forenses indican que los animales murieron por falta de alimento. Por el momento se sabe que el ganadero responsable de la explotación se ausentó durante 15 días, tiempo en el que las vacas estuvieron sin atención.