El perdonar y dar demasiadas facilidades al rival, trae esto. La Real ha protagonizado muchas veces esta película, los aficionados ya han visto varias veces esto en las pantallas. Los donostiarras han permitido a los canarios que sumen un punto tras no sumar ninguno durante muchas jornadas. Ayestarán ha sumado su primer punto desde su llegada a las tierras canarias.
Prueba de fuego la que tenía Pako Ayestarán por delante. Solo le valía ganar si quería seguir ocupando el banquillo de la Unión Deportiva Las Palmas. Es por ello que su equipo mostró una mejor imagen que los anteriores partidos, y gracias a ello, volvieron a tierras canarias con un punto en la maleta.
La Real quería adelantarse rápido en el marcador para evitar posibles sustos que podría darle el conjunto canario. La primera ocasión llegó por parte de Llorente. Se hecho en plancha para rematar de cabeza el balón que colgó Willian José, siendo habitualmente el brasileño quien suele tener el papel del central en esta jugada. El madrileño no se podía creer la ocasión que erró en el quinto minuto de partido. Poco después, Xabi Prieto intentó centrar el balón al segundo palo, pero el esférico, que dio en el cuerpo de un canario, hizo un trayecto más corto en el aire hasta llegar a la cabeza de Zurutuza. Éste intentó sorprender a Lizoaín picándole de cabeza, pero se marchó fuera rozando el segundo palo. Parecía que la tarde iba de cabezazos.
Pero de cabezazos se dio Eusebio al ver cómo se adelantaba Las Palmas tras un fallo defensivo. Remy llegaba desde la izquierda, y al recortar sobre Odriozola, chutó a puerta. Rulli, atentó, desvió el balón con la cara, pero Tana, con la ‘permisividad’ de Illarra, apareció heroicamente para adelantar a los suyos en el 21′ de partido.
Los de Eusebio no se podían permitir que el colista de La Liga fuera por delante en el marcador. Es por ello que Januzaj y Willian José se entendieron de una magnífica manera. El belga ejecutó su zurda para colgar el balón al brasileño, y éste, que superó en carrera a su defensor, bajó el balón y cuando parecía que iba a tener dificultades para rematar, batió por alto a Lizoaín con un fortísimo ‘izquieradazo’. Celebró con mucha rabia el gol.
Dicho zurdazo, en cambio, no la ejecutó de la mejor manera al inicio del segundo tiempo. No consiguió ejecutar de la mejor manera el pase que recibió desde la izquierda. El balón no cogió el camino hacia la portería, lo cogió directamente hacia las obras.
Sin embargo, la Real seguía sin deshacerse y quería el segundo. Lizoaín sacó mal de puerta y los realistas aprovecharon el fallo, aunque no de la mejor manera posible. Xabi Prieto tenía el balón en la frontal tras un robo de Willian José, y al ver cómo llegaba Oyarzabal desde la derecha, le dejó al eibartarra a punto de caramelo para adelantarse en el marcador. No obstante, el fuerte tiro con rosca no se coló en la portería por muy poco. Quedaban 35 minutos por delante; había tiempo.
Si uno se pregunta qué le falta a un jugador, que ha dado una asistencia, para que su partido sea redondo, es anotar un gol. Januzaj aplicó a rajatabla esta teoría y vaya que lo consiguió. Odriozola probó fortuna con un centro hacia Willian José, pero Lemos se le anticipó y terminó desviando el balón. En cambio, no cogió la dirección que le gustaría al uruguayo y terminó en los pies de Januzaj. Éste, tras controlar el balón, batió a Lizoaín por bajo.
La euforia duró menos de lo esperado, y Jonathan Viera puso el empate en el 67′ tras ir cinco minutos por detrás en el marcador. Rulli tuvo que salir del área para despejar un pase entre líneas, pero su despeje fue directamente al centro y llegó a los pies de Viera, que, desde la lejanía, puso el empate con un disparo suave y bombeado.
La Real, volcada en ataque, dejaba muchos huecos a Las Palmas, que los aprovechaba en las contras. En una de ellas, en el 88′ Remy chutó desde la frontal, y cuando parecía que iba a gol, dio en el palo derecho y el rechace llegó a las manos de Rulli. Pero no sería la única. De nuevo Remy, recibió un pase raso y su remate a escasos metros de la portería fue desviado por la mano salvadora de Rulli. El corazón latía aún más rápido para los donostiarras.
Quedaban cuatro minutos de tensión por delante. La Real atacaba sin parar, pero sin el final deseado. En una de ellas llegaba Odriozola con el balón, pero en el camino fue derribado, y el árbitro, en lugar de alzar la mano hacia la portería de Lizoaín, la dirigió hacia la de Rulli. Por consecuencia, el colegiado asturiano señaló la segunda amarilla al lateral (minutos antes también fue amonestado por piscinazo, simulando un penalti).
Y así, concluyó el encuentro. Con este resultado, la Real queda un poco descolgada por la disputa de los puestos europeos y Las Palmas, en cambio, sigue en descenso, pero cambia su dinámica tras ocho derrotas consecutivas.