Desde hoy la receta electrónica vasca se puede utilizar en otras comunidades autónomas, excepto en las regiones de Madrid, Andalucía, Baleares y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Este avance tecnológico favorece el uso adecuado y racional de los medicamentos, agiliza el acceso a los fármacos y evita visitas a los centros sanitarios una vez prescritos los tratamientos.
La adaptación tecnológica que ha permitido la extensión de este sistema a otras comunidades ha supuesto un coste de unos 250.000 euros para el Departamento de Salud.
El siguiente paso es que este sistema se amplíe a Europa, dado que cada vez hay más ciudadanos que trabajan, estudian o visitan otros países, por lo que se ha pedido al Ministerio de Sanidad que trabaje en el seno de la UE para extender la interoperabilidad de la receta electrónica.