El Salzburgo empató el partido en el último minuto del añadido cuando todo parecía que la Real sería quien partiera con ventaja al partido de vuelta. Los austriacos se adelantaron gracias al gol de Oyarzabal en propia, pero en la segunda parte Odriozola y Januzaj adelantaron en el marcador. Al final, el parrido acabó en empate y momentáneamente, el Salzburgo está en dieciseisavos de final. En términos general, el partido de la Real fue pésimo.
Poco acierto y juego, y mucha intensidad. Así es como se podría definir la primera parte de este encuentro. Los ‘pocos’ fueron por parte de los de la Real, y el ‘mucha’ por parte de los austriacos. Pese a que los de Eusebio tuvieron un acercamiento en el primer minuto, poco a poco el Salzburgo fue adelantando las líneas de presión y la salida de balón de la Real por detrás cada vez era más nula y sin ideas.
Al cuarto de hora, los visitantes tuvieron dos acercamientos muy claros en 60 segundos, pero el hecho de fallar en un pase y que Rulli saliera a tiempo fue suficiente para que no se adelantaran en el marcador.
Cuando parecía que cada vez estaba más cerca, llegó. Hablamos del gol del Salzburgo. Los austriacos contaban con un saque de esquina a favor y el delantero de los suyos decidió incordiar a Rulli antes de que colgaran el balón. El argentino, ya medio desconcentrado, erró a la hora de desviar el balón y rebotó en la cabeza de Oyarzabal y terminó cruzando la línea de gol. El argentino protestó reiteradamente al colegiado que el jugador visitante le estaba molestando, y finalmente acabó siendo amonestado.
Al filo del final de la primera parte, los ánimos llegaron a caldearse. Primero, en un saque de esquina, Hee-Chan Hwang y Héctor Moreno tuvieron un encontronazo y fueron amonestados, y al minuto, el delantero coreano buscó el choque con Rulli cuando éste ya atrapó el balón. Tuvo que recibir la segunda amarilla pero el colegiado le perdonó. Los realistas se retiraron a los vestuarios con la afición pitándoles tras la mala primera parte.
Solo valía marcar para creer
Con la imagen que mostraba el equipo y con el juego que creaba, había pocas esperanzas para que la Real igualara la eliminatoria y tuviera sus opciones. Gracias a Rulli, dichas esperanzas aún existían, porque llegó a sacar una importante mano para evitar el gol de Dabbur al poco de que se reanudase el partido.
Poco después, en el 58′, cuando parecía que la Real no iba a retomar el vuelo, Odriozola se echó el equipo a sus espaldas y marcó el gol de la igualada. Con intención de hacer su jugada de siempre (regate y centro), el balón le quedó mejor para chutar y el lateral, sin pensárselo dos veces, chutó a puerta y surgió efecto. Walke no llegó a desviar el recto y fuerte disparo del defensor donostiarra.
Tanto con el gol y con la entrada de Agirretxe al campo, Anoeta no podía estar más optimista; veía que la remontada era posible. Por poco no llegó a ocurrir, pero el larguero lo evitó: Oyarzabal colgó un balón al segundo palo y el testarazo de Januzaj llegó a estrellarse en la parte alta de la portería sin que cruzara la línea que decantaría el gol.
A falta de diez minutos para el final, la Real Sociedad contaba con una falta a favor muy cerca de la portería. Todos los focos estaban puestos en Januzaj, ya que sería quien ejecutase la falta. Segundos después, los focos también le siguieron, ya que marcó el segundo de la noche para la Real. El belga superó al cancerbero visitante con un disparo ajustado al palo derecho de la portería.
Cuando todo parecía bonito, llegó el chasco para los locales. En el tiempo de añadido, el Salzburgo igualó la eliminatoria con un gol de Minamino después de que rematara un pase que le llegó desde la banda derecha. Jarro de agua fría para la Real Sociedad, que partirá con desventaja a la vuelta de los dieciseisavos.