Los vigilantes del centro de internamiento de menores Ibaiondo de Zumarraga pidieron ayer que se mejoren sus condiciones laborales, sobre todo sus “precarios” sueldos, a través de la retribución de un plus de peligrosidad y la incorporación de más trabajadores.
Señalan que son ellos los que se encargan de la totalidad de apertura de accesos del centro, además de los traslados de menores a distintas actividades, de cacheos y registros, de vigilar módulos y actividades, y de controlar las visitas y cámaras.
Los vigilantes declaran que “estamos hablando de tener que tratar todos los días con menores que tienen medidas judiciales como resultado de robos con violencia, abusos sexuales, agresiones y homicidios”, y añaden su trabajo adquiere su “más alto punto de importancia” cuando deben bloquear agresiones a educadores o evitar la fuga de menores internos.
Aseguran que en ocasiones deben soportar “insultos y lesiones”, por lo cual algunos compañeros han cogido bajas laborales por motivos psicológicos e incluso psiquiátricos.
Por este motivo, solicitan que se revisen sus condiciones laborales y que se complemente su salario de 970 euros al mes con un plus de peligrosidad, ya que trabajan con un “perfil de menor que es agresivo, violento” y, en algunos casos, “consumidor” de sustancias estupefacientes. Los vigilantes reclaman, asimismo, que se refuerce el servicio, fijado actualmente en siete vigilantes por turno.