Acabó sufriendo la Real ante el Alavés en un día que iba ganando 2-0 para el minuto 11. El gol que lograron los visitantes al filo del descanso les dio opción por luchar por la victoria pese a la muy negra primera parte de los de Abelardo. Anoeta vio cómo, cada vez, la Real tenía menos opciones de sumar los tres puntos; sin embargo, se quedaron en Donostia. Los goleadores de la Real fueron Moreno e Illarra, mientras que el del Alavés Pedraza.
Se dice que, sufriendo, una victoria sabe mejor. Hay maneras y maneras de sufrir, pero la de la Real tuvo que ser inviable por ser muy superior en el primer tiempo.
Con el sol aún vigente pero cada vez con menos brillo, la Real Sociedad anotó dos goles para el minuto 11 de partido. El primero en abrir la lata fue Héctor Moreno, que remató de maravilla el saque de esquina de Canales: al aire y remate cruzado; imposible para Pacheco. Y con la emoción del 1-0, llegó inesperadamente el segundo. Bautista recogió el balón tras una mala salida del Alavés, y tras avanzar a la portería optó por chutar, y aunque el meta visitante respondiera de una forma excepcional evitando el gol del ariete, Illarramendi fue el más rápido para alcanzar el rechace y así marcar a bocajarro. Séptimo gol del mutrikuarra, que se dice pronto.
Reinaba la tranquilidad en Anoeta, ya que el Alavés no se acercaba a la portería de Moyá. Se podría decir que el estadio se convirtió en cine y los aficionados en cinéfilos, disfrutando, en silencio, de la película.
El Alavés, del 2-0 al casi 2-2 en tan solo cinco minutos
Pero la tranquilidad se fue convirtiendo en angustia poco a poco para los donostiarras. El Alavés puso la maquinaria en marcha y demostró quién es. Recortó distancias a falta de cinco minutos para el descanso.
Aguirregabiria recibió en banda el pase diagonal de Guidetti, y el lateral colgó el balón al segundo palo para que Pedraza, solo, batiera a Moyá empalmándola de una forma magistral, con bote incluido. Balón imposible de detener para los porteros.
Y ya casi al final de los primeros 45 minutos, Sobrino avisó que el Alavés no fue a pasearse a Anoeta. Recibió un pase en profundidad y al ver que Moyá salió a por él, optó por picar el balón, pero se direccionó hacia el larguero, rozando el segundo gol babazor. El Alavés pudo lograr el empate en tan solo cinco minutos.
Estaba claro que el Alavés iba a salir con más chispa en la segunda parte después de acabar con empuje la primera. Temiendo esto, Eusebio decidió reforzar el centro del campo con Zurutuza; por consiguiente, Bautista se quedó en los vestuarios, y Oyarzabal jugó en su lugar y Canales se abrió a banda.
Los de Abelardo terminaron mejor
En 10 minutos, los de Abelardo llegaron más a la portería de Moyá que en toda la primera parte. Pero con el hecho de llegar no se hacen goles, necesitas acierto, cosa que los albiazules no lo tuvieron.
Cuando el encuentro se metió en el último cuarto de hora, la Real seguía sin marcar el tercero, por lo que el partido aún seguía muy abierto. El juego de ninguno de los dos equipos era el mejor, pero en cualquier momento podría llegar el gol en las dos porterías. El Alavés se convirtió en un equipo muy ofensivo, mientras que a la Real le costaba mucho salir al ataque por culpa del buen repliegue defensivo de los gasteiztarras.
La sentencia pudo llegar en el 84′ de partido. La Real salió a la contra, comandada por Oyarzabal. El eibartarra, que vio cómo Willian José se encontraba solo dentro del área, optó por cederle el balón y el disparo del brasileño, que iba a gol, la desvió con el cuerpo Laguardia.
En el último minuto de partido Zurutuza erró ante Pachecho. Oyarzabal controló un balón largo y el ’17’ se desmarcó y quedó solo ante el cancerbero. El hecho de llegar forzado le castigó sin marcar el tercero de la tarde.
Sufriendo, pero se ganó. La Real se aleja aún más del descenso y tiene opciones de luchar por Europa. La semana que viene le esperará el Espanyol en la ciudad condal.