Las obras del TAV, que debían finalizar en junio, han sido paralizadas por problemas de liquidez de la empresa adjudicataria Coprosa, la cual ha entrado en concurso de acreedores. Los 37 trabajadores de la empresa se concentraron ayer en el alto de Gaintxurizketa para reclamar una solución a su situación.
Coprosa entró en preconcurso hace tres semanas, tras lo cual comenzaron los problemas con los suministradores de material, que han finalizado con la paralización de la obra.
Ante esta situación, los empleados esperan que Coprosa salga de concurso o, en caso de que se acometa una nueva adjudicación a otra empresa, se subrogue a los trabajadores actuales.