Un hombre turco, llamado Ibrahim Yücel, vive con una jaula en la cabeza para conseguir dejar de fumar, ya que cree que por su propia cuenta no sería capaz de apartarse de la nicotina.
Dicha jaula sí le permite galletas saladas muy pequeñas y puede beber agua con una pajita, pero lo que no puede hacer de ninguna forma es fumar.
Se pone la jaula cada vez que sale de su casa y le da la llave a su mujer para que la tenga a buen recaudo. Solo se la quita dentro de su casa para ducharse o para hablar por teléfono.
El señor Yücel ya lleva varios días con este particular método y por ahora no se ha fumado ningún cigarrillo.