Repaso de principio a fin de la Real a un Girona que salió a pasearse al césped de Anoeta. Con la idea de juego de presionar arriba, los de Aguacil fueron claros vencedores del encuentro. Al descanso se marcharon con la ventaja de 2-0, y en la segunda parte marcaron otros tres sin recibir ninguno durante los 90 minutos. La peor noticia del día fue la lesión de Moyá, que sintió un pinchazo en el aductor derecho.
Inicio inmejorable para la Real en el estreno de Imanol Alguacil como técnico del primer equipo en Anoeta. Los donostiarras expusieron el juego que quisieron desde que Munuera Montero dictase el inicio del partido, y gracias a ello, obtuvieron una renta importante para el tiempo de descanso. Los goles de Canales y Januzaj caldearon los ánimos de los seguidores que estaban presentes en Anoeta para estar aún más con el equipo en esta recta final de la temporada.
Clara idea de juego
Gracias a la alta presión que les pidió Alguacil en la zona de construcción del Girona, hizo que los locales llegasen constantemente a la meta de Bono. Desde el inicio, la Real jugó de esta manera y le llegó la cosa que desea un equipo en cuanto arranca el partido: el gol. Canales centró un balón envenenado desde el borde del área hacia un Oyarzabal que hizo el gesto de rematar, pero el eibartarra no llegó a rozar el balón y Bono, que se despistó, no pudo hacer nada para evitar que se le colara el balón colgado por Canales. En este momento, la grada de Anoeta no mostró el inconformismo que mostró con el cántabro durante la semana ya que se llegó a saber que la temporada que viene pondrá rumbo al Betis sin que renueve con la Real.
En la recta final del primer tiempo llegó el gol de la tranquilidad para los txuri urdines. Rubén Pardo, que volvía a jugar y además con el brazalete de capitán, atrapó un balón en la frontal y al realizar el giro para abrir el balón hacia Oyarzabal, vio que Januzaj se estaba moviendo entre la defensa y decidió cedérsela al belga para que éste regateara sobre Bono y marcase a placer el 2-0.
Y hasta en otras dos ocasiones más pudo la Real agrandar el resultado del partido, pero los remates a escasos metros de la portería de Héctor Moreno y Oyarzabal, ambos a pase de Adnan Januzaj, se marcharon directamente a las nubes. Sin embargo, al filo del descanso, Moyá sufrió un pinchazo en el aductor derecho e hizo el gesto al banquillo pidiendo el cambio. Toño entró en su lugar prácticamente sin calentar y fue bien recibido por la grada de Anoeta pese a sus pésimas actuaciones en esta campaña.
En la segunda parte, más de lo mismo
Como venía siendo lógico, visto cómo estaba el partido, el Girona de Pablo Machín salió a morder en el inicio del segundo tiempo para tener opciones y disputar el partido a la Real. Los primeros minutos fueron muy broncos por parte de los de Alguacil, pero, poco a poco, el encuentro fue cogiendo el tono de los primeros 45 minutos.
El primer aviso serio de los gerundenses llegó a la hora de partido. Christian Stuani superó en carrera a Raúl Navas para controlar el balón de su compañero y su disparo se marchó desviado pese a la mala salida de Toño Ramírez. La Real se salvó de una posible ‘hecatombe’, ya que el 2-1 cambiaría muchísimo el partido.
No obstante, el conjunto vasco sentenció el partido a falta de 20 minutos para el final del partido. Zurutuza recibió el esférico en la frontal del área y realizó un inesperado túnel a un zaguero para que Oyarzabal quedase solo ante el portero y disparase lejos del alcance de Bono. Con el 3-0 a favor a falta de poco más de un cuarto de hora, Anoeta se convirtió en una fiesta y veía que cada vez estaban más cerca los tres puntos.
Y ya con el Girona abatido, llegó el cuarto tanto realista. El asistente y goleador fueron los mismos que el del tercer gol, pero la jugada y la definición fueron diferentes. Por un momento parecía que Bono llegó a atrapar el pase entre líneas que realizó Zurutuza sobre Oyarzabal, pero, sin embargo, se acabó escapándole de las manos y el eibarrés marcó a puerta vacía.
La Real, con hambre, quería más y no se conformó hasta marcar el quinto. Juanmi quiso sumarse a la fiesta rematando a gol el balón que colgó Zurutuza al área. Pese a que no marcase ningún gol, en 25 minutos el ’17’ llegó a repartir tres asistencias de gol. Impensable.
Hacía tiempo que la Real no ganaba con tanta claridad. Los aficionados merecían este gozo para aliviar las tensiones vividas en los últimos meses. Para dar continuidad a esta victoria, la Real tendrá que hacer frente y ganar a Las Palmas y al Atletico, entre otros.