Una vez estabilizado definitivamente el acantilado de Iterlimen por parte de la Diputación Foral, Gobierno Vasco y Ayuntamiento de Hondarribia, hoy se ha procedido a la apertura de la carretera al faro de Higer, en un acto que ha contado con la presencia del Alcalde de Hondarribia Txomin Sagarzazu, la diputada de Infraestructuras Viarias de la Diputación Foral de Gipuzkoa Aintzane Oiarbide, así como el viceconsejero de Infraestructuras y Transporte del Gobierno Vasco, Antonio Aiz.
El coste de las obras, que se han alargado durante casi ocho meses, ha sido ligeramente superior a 2,4 millones de euros (IVA incluido), cantidad financiada a partes iguales por las tres instituciones. En la visita institucional de esta misma mañana, la diputada de Infraestructuras Viarias Aintzane Oiarbide ha destacado que los problemas derivados de la falta de estabilidad del acantilado “venían de lejos”, tanto en lo que respecta a la carretera GI-3361 como a las viviendas de Iterlimen y Lurgorri sitas en el paseo Ramon Iribarren. “Por ello, hemos podido por fin ocuparnos del tema” y estabilizar el acantilado de Iterlimen mediante la colaboración de las diferentes administraciones.
Respecto al plazo, Oiarbide, a la que han acompañado el viceconsejero de Infraestructuras y Transporte, Antonio Aiz, y el alcalde de Hondarribia, Txomin Sagarzazu, ha señalado que “la mala climatología y los diferentes desprendimientos de tierra que han acontecido han derivado en una dilatación en los plazos previstos”. La carretera ha permanecido cerrada durante ese tiempo, y el tráfico al faro se ha redirigido por la carretera que sube desde el paseo Ramon Iribarren y el puerto mediante un sistema de tráfico alterno debido a su estrechez.
Si bien el problema existía ya en legislaturas anteriores, ha sido en esta cuando se le ha otorgado un carácter prioritario mediante una colaboración entre las distintas administraciones (Dirección de Puertos y Asuntos Marítimos del Gobierno Vasco, dependiente del Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructura; Ayuntamiento de Hondarribia; y Departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación Foral de Gipuzkoa). La redacción y ejecución de la obra ha correspondido al propio Departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación Foral, y cada administración se ha hecho cargo de un tercio del coste. Ya en 2014, el Servicio de Costas llevó a cabo obras de estabilización en este mismo acantilado, concretamente en el punto desde el que arrancaron las obras recién terminadas.
Por su parte, el viceconsejero Aiz ha señalado que “la colaboración interinstitucional es determinante para resolver este tipo de situaciones, tanto dando una respuesta ágil, como en la solución a adoptar, más allá de donde están las fronteras de las competencias de cada uno”. Asimismo el viceconsejero ha señalado que “la pequeña escala de los puertos vascos, con sus ámbitos de titularidad integrados en entornos urbanos y sus conexiones, hace que sea imprescindible una colaboración multinivel, para poder ofrecer unas infraestructuras cada vez más competitivas y de mayor calidad a las personas usuarias y en este caso a los y las hondarribitarras”.
Una obra muy necesaria para la ciudadanía
A su vez, el alcalde de Hondarribia Txomin Sagarzazu, tras destacar la “buena coordinación” entre las administraciones, ha indicado que estos trabajos de reparación “eran necesarios” para la ciudadanía, y “en especial” para las vecinas y vecinos de Iterlimen y Lurgorri. “Las y los hondarribitarras hemos visto que el trabajo de estabilización se ha llevado a cabo con gran precisión, y más si cabe teniendo en cuenta el duro invierno que hemos tenido”.
Los arreglos correspondientes a la carretera han consistido en trabajos de construcción de nuevos muros y refuerzo de los y existentes, así como trabajos de estabilización en la base de la pared. Los trabajos en el propio acantilado han sido los siguientes: estabilización de estratos descalzados mediante bulones; estabilización del acantilado mediante mallas metálicas reforzadas, sobre geo-mallas; y colocación de elemento anclado para la sujeción de la malla metálica. Para finalizar, Oiarbide ha señalado que la obra de Iterlimen ha sido compleja, ya que se ha tenido que trabajar sobre el propio acantilado, pero que el proyecto ha discurrido según lo previsto y ajustándose al presupuesto.