Jesús Loza prometió ayer su cargo como Delegado del Gobierno en el País Vasco en un acto celebrado en Vitoria-Gasteiz, en el cual afirmó que es necesaria una «reformulación de la política penitenciaria» tras la desaparición de ETA y apoyó el «acercamiento progresivo e individualizado» de los presos.
Loza destacó que llega a esta institución con el objetivo de buscar la «cooperación» con las instituciones vascas y «acuerdos» entre los ejecutivos central y autonómico, y con voluntad de «escuchar» y «dialogar». Ha recordado que proviene de una «cultura de pacto» y ha subrayado que se «implicará» en el «desarrollo» del autogobierno vasco, «siempre de forma subsidiaria a la iniciativa» del Ejecutivo de España.
El nuevo delegado del Gobierno español en Euskadi ha dedicado a la víctimas del terrorismo una parte amplia de su discurso y ha remarcado que serán su «prioridad». Ha asegurado que va a trabajar por el reconocimiento de las víctimas, por mejorar su reparación y lugar, y contra los intentos de humillación que puedan sufrir, así como por profundizar en la justicia, ya que quedan aún más de 300 asesinatos sin resolver. También ha subrayado que tras la desaparición de ETA quedan «asignaturas pendientes».