DONOSTIA | Aprobó con nota alta la Real Sociedad la prueba ante el combinado de sus filiales. Pese a que no fuera uno de esos partidos que exigen mucho, los jugadores de ambos equipos empaparon las camisetas de entrenamiento de sudor debido al sol que daba de pleno en el césped del José Luis Orbegozo. Ambos equipos tuvieron dos onces diferentes: una en la primera mitad y otra en la segunda.
Asier Garitano alineó a un once que puede ser repetido sin ningún problema durante esta campaña: Rulli; Zaldua, Aritz Elustondo, Llorente, Kevin; Sangalli, Illarra, Zurutuza, Oyarzabal; Juanmi, Willian José.
La Real dominó claramente y se marchó al descanso con el marcador a favor (2-0). Oyarzabal abrió el marcador nada más comenzase el partido. Juanmi condujo el balón por la banda derecha y el malagueño le cedió con un pase atrás para que el eibarrés batiera a Garrantxo con un disparo raso y fuerte con la derecha, que pilló a contrapié al cancerbero. Él mismo evitó que el marcador fuera tan abultado al descanso, ya que estuvo muy acertado en los varios remates de los artífices del primer tanto.
Media hora después, en el 33′, Willian José anotó desde los 11 metros después de que Ansotegi, árbitro en este encuentro, señalase penalti la falta que recibió Zaldua, que fue un dolor de cabezas junto a Luca Sangalli en la banda derecha para la zaga rival.
En la segunda parte, el combinado pudo hacer algo más que en la primera mitad, ya que Garitano cambió de once y éste no era tan contundente. Zubiaurre; Gorosabel, Le Normand, Lapeña, De la Bella; Zubeldia, Pardo; Concha, Capilla, Merquelanz; y Bautista jugaron los segundos 45 minutos. A pesar de ello, los ‘mayores’ llegaron a marcar otros dos goles e hicieron nulo el juego del rival.
Bautista quiso sumarse a la lista de goleadores, pero las intervenciones de Unai Agirre para evitar sus goles de cabeza y disparo chafaron la fiesta al joven delantero. Sin embargo, no pudo hacer nada más que aplaudir al golazo de David Concha. El cántabro realizó un excelente control para bajar el pase alto que recibió, y tras encarar el cuerpo hacia la portería, batió a Agirre con un disparo cruzado a falta de 18 minutos para el final.
Y ya con todo el pescado vendido, Martin Merquelanz marcó el cuarto gol de cabeza a tres del final tras una falta lateral sacada por Rubén Pardo, situada al borde del área.