Hasta hace poco, la residencia de estudiantes del Campus neoyorquino de la Universidad Cornell Tech, levantada en Roosevelt Island, junto a Manhattan, y firmada por el estudio Handel Architects, estaba catalogada como el edificio Passivhaus —de nulo consumo energético— más alto del mundo. El verano pasado, el estudio navarro VArquitectos certificó, en el Passive House Institute de Darmstadt, en Alemania, que las Torres Bolueta, de 28 plantas y 88 metros de altura, que habían levantado en Bilbao, le habían arrebatado el título.
El año que viene entrará en vigor una normativa en el Nuevo código técnico de la edificación, que obligará a que los edificios tengan un aislamiento, un hermetismo, una renovación de aire y un control de pérdidas de calor que los haga elegibles para el certificado Passivhaus.
El estudio VArquitectos ya firmó hace un año el primer inmueble colectivo y residencial con ese sello levantado en España, el bloque Thermos que alberga 29 viviendas en el barrio pamplonés del Soto de Lezkairu. Actualmente, trabajan en llevar ese tipo mínimo de consumo al centro de salud de Lodosa.
Para obtener el certificado Passivhaus un inmueble debe utilizar anualmente menos de 10 Watios de calefacción por metro cuadrado, el equivalente a la mitad de lo que consume un secador de pelo. Sara Velázquez compone con su hermano Germán, su padre Germán Velázquez Arteaga, y Silvia Mingarro un estudio que considera que el camino de la sostenibilidad no tiene vuelta a atrás.
La eficiencia energética, la no generación de residuos y “no quitarle a la naturaleza nada que no le podamos devolver” son las claves de su arquitectura.
Más información en la web de Hometers.