Un joven en riesgo de exclusión social se enfrenta a tres años de prisión por robar un bocadillo en una panadería de Barcelona y amenazar a los empleados con una lengüeta de una lata de bebida.
La abogada defensora, Mònica Caellas, ha solicitado en los juzgados la libre absolución del acusado, dado que no existe “daño patrimonial” y actuó movido por su necesidad de comer, en lo que la abogada denomina como un “hurto famélico”.
El acusado, durante la vista, ha reconocido que robó el bocadillo porque tenía hambre. “Llevaba tres días sin comer”. Y que utilizó la lata de un refresco para provocarse heridas en el brazo. “ Lo hice para llamar la atención porque no me hacían caso”.
Los hechos ocurrieron el 26 de marzo, sobre las 7:30 horas, en una cafetería de Barcelona. Los dueños del establecimiento no reclaman indemnización alguna.