Detectados tres casos del mal, parecido al de las ‘vacas locas’, en un criadero de esta provincia canadiense. Unos 3.000 animales serán sacrificados.
La enfermedad de desgaste crónico —bautizada por algunos medios como del ciervo zombi— fue detectada en Norteamérica en los años setenta. Esta patología que destruye gradualmente el sistema nervioso de los cérvidos guarda semejanzas con el denominado mal de las vacas locas. Las provincias canadienses de Alberta y Saskatchewan han registrado ya algunos casos, al igual que 23 Estados del país vecino. En las últimas semanas, las autoridades de Quebec detectaron la enfermedad en tres ciervos de un criadero ubicado en la población de Grenville-sur-la-Rouge y se han puesto en marcha diversas medidas para controlar este brote.
En 1978, Beth Williams, investigadora de la Universidad de Wyoming, fue la persona que identificó formalmente esta patología que afecta a alces, ciervos, renos y otros cérvidos. La enfermedad, incurable y que tarda meses en manifestarse, destruye el cerebro y la médula espinal. El contagio se produce por orina, saliva, excremento o sangre. La importación de cérvidos criados en cautiverio y la migración de ejemplares salvajes son las formas más comunes de propagación. «Estamos investigando para saber cómo llegó la enfermedad a la provincia», afirma un portavoz del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de Quebec por correo electrónico a EL PAÍS.
El primer caso en la provincia francófona fue detectado en el criadero de Grenville-sur-la-Rouge a principios de septiembre. Otros dos más fueron confirmados en el mismo lugar a mediados de octubre. Las autoridades han decidido aplicar medidas similares a las que se pusieron en marcha en Alberta, Saskatchewan y Estados Unidos. En primer lugar, la totalidad de los ciervos del criadero serán sacrificados: 580 de los cerca de 3.000 que habitan en el lugar ya han sido abatidos y se espera que esta tarea acabe en diciembre. Aún resulta imposible efectuar pruebas en animales vivos.
También se ha decretado una veda para cazar ciervos en un radio de 45 kilómetros, ya que es posible que los animales enfermos hayan entrado en contacto con alguno que viva en los bosques. El ministerio pide a las personas que cacen en una zona más amplia que proporcionen la cabeza de la presa para que los exámenes indiquen si está libre de la enfermedad. Algunas poblaciones de Ontario, limítrofes con Quebec en esta parte del mapa, solicitan también la cooperación de los cazadores. «Pedimos que la cabeza nos sea remitida en una bolsa de plástico con etiquetas donde se indique cuándo y dónde fue cazado el animal para que hagamos las pruebas», indica Joffre Côté, biólogo del Ministerio de Recursos Naturales y Bosques de Ontario, a la cadena CBC.
La carne de ciervo es muy apreciada en este país norteamericano. La agencia canadiense de inspección de alimentos pide que la población consuma ciervos que hayan sido previamente analizados. El portavoz del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de Quebec comenta al respecto: «Las autoridades de salud pública coinciden en que la enfermedad de desgaste crónico no es contagiosa para los humanos. Sin embargo, como medida de precaución, no se recomienda comer la carne o utilizar los tejidos de un animal infectado. A pesar de la presencia de la enfermedad en Norteamérica desde hace varios años, nunca se ha detectado en humanos y no hay hasta el momento evidencia científica que lo pruebe».
Todos los ciervos sacrificados del criadero, según ha precisado la agencia de inspección de alimentos, serán sometidos a análisis. Los cuerpos de los que presenten la enfermedad serán destruidos de forma segura, mientras que los que arrojen resultados negativos podrán ser destinados a consumo humano. Ottawa contempla una ayuda financiera para los propietarios de animales infectados por este tipo de enfermedades, pero no se sabe aún qué apoyo específico recibirá el criadero quebequés. Contactados por este diario, los dueños del establecimiento han declinado hacer comentarios.