Jarro de agua fría por partida doble. Por un lado, Bruselas no avala la senda de déficit marcada por el Gobierno de Pedro Sánchez y, por otro, la OCDE revisa a la baja las previsiones de crecimiento de la economía española.
La Comisión Europea ha vuelto a advertir al Gobierno de España de que el plan presupuestario para 2019 corre el riesgo de incumplir con las reglas fiscales comunitarias porque incluye una desviación «significativa» de la senda de reducción del déficit de las administraciones y de la deuda pública. «Se considera que el plan presupuestario presentado por España corre el riesgo de incumplir las exigencias del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para 2019», ha informado el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
Bruselas ha publicado finalmente su opinión sobre el proyecto elaborado por el Gobierno de Pedro Sánchez y basa su conclusión en las previsiones económicas que publicó a principios de mes y que «indican una desviación significativa de la senda de ajuste exigida hacia el objetivo presupuestario a medio plazo y el incumplimiento del valor de referencia transitorio para la reducción de la deuda en 2019». En concreto, la Comisión Europea remarca que el déficit público cerrará 2019 en el 2,1% y critica que el borrador presupuestario, según sus cálculos, no incluye ningún esfuerzo estructural.
La senda pactada con las instituciones europeas exige unos ajustes estructurales equivalentes al 0,65% del PIB, unos 7.800 millones de euros. El Gobierno defiende que sus cuentas incluyen un esfuerzo estructural del 0,4%, pero los servicios comunitarios lo reducen a cero porque considera que el Estado ingresará menos de lo que prevén las autoridades españolas. «La Comisión Europea también piensa que España ha hecho avances limitados con respecto a la parte estructural de las recomendaciones fiscales (…) y por tanto invita a las autoridades (españolas) acelerar los progresos», resume el texto aprobado este miércoles por el Ejecutivo comunitario sobre el plan presupuestario para 2019.
Menor crecimiento
Asimismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para España, que este año crecerá a un ritmo del 2,6%, dos décimas por debajo de su anterior pronóstico, para moderarse al 2,2% el próximo ejercicio, frente a su anterior previsión del 2,4%, y al 1,9% en 2020, según recoge la última edición de su informe Perspectivas Económicas 2018, donde también ha empeorado sus pronósticos de déficit.
De este modo, las nuevas previsiones de la organización internacional coinciden con las del Gobierno respecto a 2018, aunque se muestran ligeramente menos optimistas de cara a 2019, cuando el Ejecutivo prevé una expansión del PIB del 2,3%. «La demanda doméstica se ralentizará a medida que el ritmo de creación de empleo se modera y la tasa de ahorro de los hogares comienza a estabilizarse a sus bajos niveles actuales», apunta la OCDE, subrayando que la demanda doméstica seguirá siendo el principal motor de crecimiento de España, incluso después de que se hayan disipado los «vientos de cola» de los bajos precios del petróleo y menores impuestos.
Por otro lado, la OCDE ha empeorado sus proyecciones de déficit al 2,7% del PIB este año y al 1,8% en 2019, cuando sus anteriores pronósticos apuntaban a un desequilibrio negativo del 2,4% y del 1,5% respectivamente. Asimismo, de cara a 2020, la institución prevé que el déficit de España se situará en el 1,2% del PIB. «El Gobierno debería atenerse a los objetivos de consolidación fiscal a medio plazo para garantizar una reducción duradera de la ratio de deuda pública, y cualquier sorpresa positiva del crecimiento debería usarse para reducir más la deuda», expone la organización.
En cuanto al mercado laboral español, la OCDE subraya su segmentación, con elevadas tasas de paro juvenil y de larga duración, así como de contratos temporales. «Continuar los esfuerzos para luchar contra el abuso de la contratación temporal es clave para reducir la dualidad del mercado», sostiene la OCDE, que recomienda mejorar la coordinación entre servicios sociales y de empleo para reducir el paro y las desigualdades. En este sentido, dada la elevada proporción de empleos temporales y a tiempo parcial, la organización espera que el crecimiento de los salarios seguirá siendo moderado, mientras la tasa de desempleo continuará siendo alta.
En sus pronósticos, la OCDE prevé que la tasa de paro de España bajará al 15,3% este año, dos décimas menos de lo anticipado anteriormente, mientras que en 2019 se situará en el 13,8% y de ahí bajará al 12,5% en 2020. Por otro lado, la institución considera necesario garantizar la implementación de reformas estructurales previas para abordar la fragmentación de los mercados de productos con el fin de generar economías de escala.
Tirón de orejas del FMI
Otro organismo que tampoco tiene buenas noticias para España ha sido el FMI. Y es que la recuperación de la economía española está entrando en una fase de «madurez» en la que nuevos riesgos nublan las perspectivas a medio plazo, según ha advertido este miércoles.
Así, el Fondo Monetario Internacional ha recortado su pronóstico de crecimiento para este año al 2,5%, frente al 2,7% que contemplaba en octubre, mientras que ha revisado al alza sus proyecciones de déficit y deuda pública.
«Las difíciles reformas estructurales que España acometió en respuesta a la crisis financiera global continúan dando fruto, pero la recuperación económica está madurando y nuevos riesgos nublan las perspectivas a medio plazo», señala el FMI en las conclusiones sobre su análisis anual de la economía de España.
De este modo, la institución anticipa una moderación del crecimiento en 2018 mayor de lo previsto el pasado mes de octubre, reduciendo el ritmo de expansión al 2,5%, dos décimas menos de lo previsto anteriormente, mientras que ha confirmado su pronóstico del 2,2% para 2019 y pronostica una desaceleración de la actividad al 1,8% un año después, convergiendo en el medio plazo con su tasa potencial del 1,75%.
En cuanto a la situación de las cuentas públicas, el FMI ha empeorado sus pronósticos sobre la evolución del déficit, que ahora prevé que alcance el 2,8% del PIB en 2018 y el 2,4% en 2019, en ambos casos una décima por encima del nivel anticipado en octubre, mientras que en 2020 seguirá registrando un desequilibrio negativo del 2,4% del PIB.
Asimismo, la institución internacional ha revisado ligeramente al alza sus proyecciones de deuda pública para España, hasta el 97,3% del PIB este año y el 96% el siguiente, con una previsión del 94,8% del PIB para 2020. «Estas proyecciones reflejan un menor apoyo del entorno exterior y el debilitamiento de la demanda doméstica», ha indicado Andrea Schaechter, jefa de la misión del FMI en España.